ORIGENES. La historia de Toni Pastor Refrigeración es la historia de un hombre hecho a sí mismo que, a los 12 años, vendía pollos y patatas en bicicleta para ayudar en casa y cinco años más tarde, en 1985, se fue a trabajar a Inglaterra durante dos años para el ejército británico en una empresa llamada Cointronic, que fabricaba componentes. «Me di cuenta de lo capaces que eran los británicos de producir cualquier cosa y de lo fácil que era enseñarte un oficio, yendo a la escuela un día a la semana y el resto del tiempo pudiendo practicar en la empresa», explica Toni Pastor. «Aquella experiencia me impresionó», explica. A su regreso tras hacer el servicio militar, ayudó a sus padres en el negocio de restauración que regentaban y en invierno, tras quedarse en paro, se matriculó en un curso de técnico frigorista. «No tenía ni idea de que este curso marcaría mi vida», explica.
Durante los tres años siguientes trabajó para la empresa Frigo, reparando congeladores y más tarde cambió de empresa y aprendió a reparación de máquinas de aire acondicionado. Cuatro años más tarde, en 1995, decidió dar el paso y montar su propio negocio como instalador y mecánico de frigoríficos. Alquiló un pequeño garaje en es Castell y contrató a un ayudante. «En aquella época no había muchos aparatos de aire acondicionado domésticos. El trabajo se concentraba a nivel industrial en reparación de maquinaria que existían en las secadoras de queso, en las industrias de joyería y calzado y en los hoteles. Ni siquiera los hoteles tenían aire acondicionado, sólo calefacción», dice. Los primeros aparatos de aire acondicionado que recuerdo haber instalado o reparado fueron los de los bancos», afirma.
EVOLUCIÓN. Poco a poco, el hecho de que instalación de aire acondicionado Sin embargo, el auge tardó unos años más, porque las primeras máquinas eran muy caras y no todo el mundo podía permitirse instalar una en casa. «Hoy instalamos una máquina por habitación, pero entonces lo más habitual era instalarlas en la oficina de una empresa y poco más, porque no había costumbre de instalarlas en casa», dice. «En el mundo en que vivimos ahora, la gente busca más comodidad porque pasa muchas horas en casa, y además los equipos son más asequibles que cuando yo empecé, aunque menos duraderos», añade.
Al mismo tiempo, su empresa fue ganando clientes y creciendo también en personal, que fue incorporando a medida que crecía la demanda y se expandía al sector industrial. Su mujer Aurea Mercadal, que siempre se encargó de la administración, le ayudó en la trastienda. Tras un periodo inicial en la oficina donde empezó, se trasladó a otra nave en es Castell, en la calle Bonaire, donde estuvo siete años, hasta que en 2005 trasladó la oficina a San Climentdonde sigue. «Cuando empecé, ni siquiera tenía teléfono y la gente me dejaba mensajes por debajo de la puerta. Luego instalamos un fax y hoy te llaman 24 horas al día al móvil o te envían un whatsapp. Todo ha cambiado mucho», explica.
TRABAJO INDUSTRIAL. Pero si algo hacía Toni Pastor era grandes instalaciones a nivel industrial y a continuación recuerda los cinco años que pasó en el aeropuerto de Menorca, entre 2003 y 2008, para llevar a cabo todo el sistema de aire acondicionado durante una importante renovación. Otra de las obras realizadas fue la instalación de sistemas de aire acondicionado en el aeropuerto. Frío industrial en Menorca han estado en el hospital Mateu Orfila, donde, explica, hay una máquina con un compresor que pesa 1.200 kilos y genera 600.000 frigorías. «Es un compresor que pesa una tonelada y de vez en cuando hay que desmontarlo y enviarlo a revisión», explica. Su trabajo no se ha limitado a Menorca, sino que en ocasiones también ha trabajado en la Clínica Rotger de Mallorca, en Puerto Portals o incluso para reparar una máquina de aire en un barco de 80 metros.
«Al final, cuanto más grande es la máquina, mejor trabajas porque las piezas también son más grandes y fáciles de manejar», confiesa. La anécdota de Toni Pastor es que una vez tuvo que ir al Palacio de la Moncloa a reparar una máquina muy especial de un tren de lavado que tenían. «Me llamaron porque había reparado otra idéntica en Mallorca y eran del mismo fabricante», cuenta. «Siempre hay que estar al día. Me gusta ir a las ferias que se celebran en Ifema cada dos años para enterarme de las últimas novedades y mantener el contacto con los proveedores», explica.
TRABAJO. Toni Pastor explica que hay mucho trabajo en su profesión. intrusión porque hay instaladores que, en caso de problemas, se limitan a cambiar las máquinas porque no saben repararlas. «Me sorprende que antes fuéramos un país que exportaba mano de obra a países como Alemania o Suiza y ahora sea tan difícil encontrar un trabajador que repare algo. En nuestro caso, es difícil encontrar personal», comenta. Toni Pastor también comenta que la equipos de refrigeración y bombas de calor Los electrodomésticos de última generación llevan incorporados sensores de movimiento, wifi, calendario y muchas otras funciones que optimizan su funcionamiento. Puede parecer que son más respetuosos con el medio ambiente pero, sinceramente, prefiero los antiguos, que duraban veinte años y podían ser un poco más caros pero se podían reparar. Ahora, después de siete u ocho años, tiramos el equipo porque ya no funciona», dice.
«También es cierto que la gente espera a que se averíe su equipo antes de llamarte y lo que hay que hacer es un poco de mantenimiento durante el año, encender el equipo de vez en cuando para comprobar que funciona correctamente», añade. «Me siento mal cuando alguien que está de vacaciones tiene una avería en el equipo y, si la pieza de repuesto tarda cinco días en llegar, se queja de que le has arruinado las vacaciones porque no estaba contento allí, cuando no es culpa tuya», dice. «Los meses de mayo y junio son los peores en cuanto a trabajo porque los equipos empiezan a trabajar. En agosto no pasa nada porque ya han pasado dos meses», concluye.