Dos de los objetivos marcados por Diego Pastrana Huguet (Ciutadella, 1971) son acercar la Policía a la ciudadanía y hacerla más presente en la calle, ya que este mes el nuevo inspector jefe de la Policía Local de Ciutadella, un cuerpo en el que se incorporó en el año 2000. Licenciado en Ciencias Sociales y Psicología, se formó en diversas universidades sobre violencia de género, violencia infantil, causas penales y otros temas relacionados con su trabajo.
Además de sus limitaciones de personal, el nuevo jefe de la comisaría reafirma la vocación de servicio público de la profesión para cumplir con sus objetivos y al mismo tiempo destaca la excelente preparación que hoy en día tienen la mayoría de los agentes.
¿Por qué entrar en el cuerpo?
—Estaba buscando un trabajo que me llenara y me diera la oportunidad de formarme, porque no podía hacerlo en casa. El deber de este cargo es capacitarse para brindar un servicio adecuado a las personas. Siempre me atrajeron los temas sociales, estuve en organizaciones no gubernamentales en varios viajes, y de ahí los estudios que elegí. También hice el curso de oficiales y el curso de subinspector. Tengo un currículum ajustado, pero no es más de lo que podrían tener otros colegas aquí.
¿Es eso una noticia?
-No, es un denominador común en la policía de Menorca que la gente a veces no valora. La gente no conoce la formación de la policía local hoy en día.
¿Esta formación es iniciativa propia o es obligatoria?
—La policía es un reflejo de la sociedad. Hoy en día se crea una gran parte de la sociedad. Por ejemplo, los tres que están haciendo el curso para incorporarse a nuestra comisaría tienen estudios universitarios. Esto no quiere decir que los que no los tienen no sean tan buenos como ellos. Cada año impulsamos la formación interna en técnicas de seguridad, asistencia, accidentes, así como la formación anual EBAP.
La imagen ante el policía era diferente…
—Cada vez todos los cuerpos y fuerzas de seguridad, incluidos los bomberos, están mejor formados y tienen un mejor nivel intelectual. La vieja idea de que los que acabaron en la policía lo hicieron porque no sabían hacer otra cosa hay que acabar con ella.
¿Es usted oficial y ha sido ascendido a inspector?
—Así es, la ley te permite subir dos grados si cumples con los requisitos de antigüedad y tienes estudios universitarios controlados.
¿Qué lo motivó a optar por estar a cargo de la comisaría?
—Porque son muchas las horas de sacrificio y estudio a costa de la familia, sin pasar suficiente tiempo con ellos. También es un desafío personal en mi vida. Sería un mal policía si no me conociera a mí mismo. Tengo formación, cumplo los requisitos, estoy en casa, conozco el sistema de seguridad de Sant Joan, por ejemplo… sería pecado no presentarse.
¿Qué piensas hacer en la Comisaría de Ciuadella?
—El primer reto, aunque es un tema político, es aumentar la plantilla. Quiero una policía abierta al diálogo y cercana al pueblo, que el ciudadano sepa que la policía local es la policía del pueblo, o sea que el pueblo que me precedió no lo ha hecho. El reto es acercar la policía al ciudadano y que la gente conozca nuestro trabajo.
¿Alguna iniciativa para conseguirlo?
—Hay dos cuerpos policiales en Ciutadella y todas estas iniciativas vienen de la coordinación entre los dos. Hay muy buen entendimiento mutuo con la Policía Nacional. Quiero estar al mismo tiempo que el inspector jefe del CNP, Fernando León, porque siempre me dio buenos consejos y fue entusiasta. Queremos mejorar la presencia en la calle, ¿cómo?, hay que estudiarlo y ver cómo estamos, y traer equilibrio porque los ciudadanos son iguales vivan donde vivan.
Pero, ¿se complica con un 40% menos de agentes que hace diez años?
«Sí, pero no necesitamos llorar todo el día». Esta es la realidad y debemos hacer todo lo posible para dar la respuesta, y si no podemos, debemos saber explicarle al ciudadano por qué no vinimos. Él se lo merece.
En cuanto a la organización de la comisaría, ¿habrá cambios?
—La estructura está bien, el proyecto está hecho, sí hay que mejorar lo que tenemos pero mira con optimismo lo que se ha hecho hasta ahora. Tenemos que sentarnos con los jefes de departamento y los agentes. El buen jefe es el mejor coordinador de ideas, no el que más sabe.
¿Hay más conflicto en el centro histórico o en Es Pla?
– Está más lleno. En Es Pla no hay tanto conflicto como se quiere ver. Este año hubo muchos menos incidentes que antes de la pandemia. Se tomaron medidas contra la botella, como cerrar las entradas y bajaron mucho. Y es un tipo de ambiente diferente en el medio, la gente es más adulta pero a veces no tienen el civismo que deberían tener. Es una cuestión más educativa, desde una perspectiva personal.
¿Están los agentes del Ciutadella ‘quemados’ por el esfuerzo del verano de hacer el triple de horas extras?
“Aquí no hay policías quemados. Somos servidores públicos y todos tenemos una carrera. Puede haber molestias en algunas cosas como en todos los sectores de trabajo. Hay buen ambiente porque sino no saldría el trabajo. Ahora habrá más entrenadores y tres agentes frente a los árbitros, lo que genera esperanza en la plantilla. Además, tendremos seis plazas en el proceso de unificación del Gobierno y tres personas que ya están finalizando el curso.