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¿Quieres un abrazo?

Lo siento. Pero Madrid no es sólo un equipo de fútbol, ​​ni la carrera de San Jerónimo, ni la zona de Salamanca, y no está lleno de fascistas… No son las ciudades -hay que vivir en ellas- eso es… Es el escenario donde Actores y actores y actrices sin licencia intentan representar una obra de teatro sin guión: la vida. Y, como aprendices, hacen lo que pueden… Madrid es también esa anciana que carga con un carrito de la compra para ocultar sus problemas de movilidad (¡usar silla de ruedas es tan feo!); El saludo del mozo mal pagado de la calle del Carmen que todavía tararea; Es el mendigo que siempre será un VIP, salvo por su amabilidad, que eso sí es invisible, hace el último catálogo de Ikea con unos cartones, esos cartones que brindan el rincón, donde se encontrarán, un día de estos . está muerto y tantos Pilatos se lavan las manos de oficios silenciosos; así es la Gran Vía donde los adolescentes nadan en Navidad repartiendo mantas a los sin techo; es la lúgubre ciudad de Garci y Alfredo Landa convertidos en detectives; Está…

Madrid es donde una organización no gubernamental, en la Puerta del Sol, da abrazos a quienes, quizás, llevan meses sin ninguna muestra de cariño…

En tu banco nadie te abraza…

Otro paradigma es Barcelona…

No lo que se vende. Esa es la chica de la que te enamoraste; esa gran ciudad que estaba más cerca de Europa; esa Barcelona culta y cosmopolita donde, en el Paseo de San Juan/esquina Provenza, hacías faenas manuales con una “niña” y que reviviste en aquella novela que tuviste la capacidad de escribir…

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Vuelves a Madrid…

Esa ONG te abraza, si…

¡Realmente los necesitamos!

¡Pensamos tanto y sentimos tan poco…!

Sigues… Y te acuerdas «Abrazo» de Juan Genovés, símbolo de un espíritu de salvación (el de 1978) que hoy está siendo cuestionado por quien, en el pasado, no hubiera podido obrar ese milagro, el que, extrañamente, se le debe «Estar allí, en su sillón».

Tal vez deberían abrazarse más y sentir la piel del otro y darse cuenta de que tal vez el tiempo vuela y al final solo dejas los recuerdos que dejas y los afectos o la limpieza de conciencia…

Le das un consejo: que le des un abrazo, aunque sea a tu propio hijo, a esa costumbre que le despierta la vida, porque, probablemente, ya está rota.

Desde un autobús vas por la carretera de Ronda y, de repente, ves a unos trabajadores, a las tres de la tarde, con la cabeza que se les cae, levantando un muro de piedra, cerca, sí, muy cerca, de ese cementerio donde tú al final . todo el mundo. Puede que tengas que, en ese caso, tocar el timbre y salir y acercarte a ellos y darles un abrazo, aunque eso sería aceptable para las personas sensatas y promovería el uso del lenguaje como arma. y palabras como balas. Lo que a veces se llama calumnia… Se coloca una «M’han dit»…

El abrazo es, a veces, incluso en forma de propuesta. En «Amadeo» te tomas un café con Alejandro Río. Un prodigio de amabilidad, sensibilidad e inteligencia. Una de las mejores firmas de MENORCA Sus prendas están tejidas con respeto y frescura. Así los definirías tú. Recomiendo el libro de Andrea Camilleri «El Homenaje»…

También lo recomiendas a aquellos que puedan leer esto. Sobre todo para los que cuestionan el Año de la Transición, para los que son vagos para no dejarte vivir en paz. La contraportada dice: «Comienza así una extraña y alocada ronda de homenajes y conmemoraciones póstumas, en la que cada uno, entre verdades enterradas y sospechas fabricadas, practica a su manera el arte sutil típico de todos los tiempos: la revisión y el compromiso.».

¿Sonó una campana?

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Quizás sería mejor para usted que los Miembros de Honor se dieran un buen abrazo antes de entrar a la sala. Habríais evitado el prejuicio de la lengua y los odios varios… Y acabado, de una vez por todas, con la Guerra Civil Española, la que todos perdisteis por ser civiles…

Y para profundizar en el tema aquí la
fuente

Periodista en Gaceta Balear

Martina Rodríguez es periodista española nacida en Mallorca, España, en 1965. Comenzó su carrera trabajando como reportera local para el Diario de Mallorca. En 1993, fue contratada por el periódico nacional El País, donde trabajó como corresponsal en la oficina de Madrid. También ha trabajado como periodista independiente para varias publicaciones, incluyendo El Mundo y The Guardian. En los últimos años, ha sido colaboradora habitual de la revista online Gatopardo.

Rodríguez está considerada como una de las principales periodistas españolas. Ha ganado varios premios por su trabajo, entre ellos el Premio de la Asociación de la Prensa de Madrid (2003) y el Premio Nacional de Periodismo (2007). En 2010 recibió el prestigioso Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.

Rodríguez también ha participado activamente en la promoción de la libertad de prensa y la libertad de expresión en España. En la actualidad colabora con el diario de las islas baleares: Gaceta Balear.

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