Joan Torres Torres tiene un extenso currículum, en el que destacan sus cargos como presidente de la Federación Española de Asociaciones Profesionales de Técnicos y Asesores Fiscales (Fettaf) y de la Asociación Profesional de Técnicos Tributarios de Cataluña y Baleares (Apttcb). El ibicenco aprovechó la invitación de la Comissió de Festes Labritja para acercar al público las características y peculiaridades de las herencias en las Pitiusas en un acto celebrado anoche en el Salón de Actos del Ayuntamiento de Sant Joan.
«Quiero dar una perspectiva más social y familiar a esto: si todos los hijos son iguales, ¿por qué hay un heredero y uno puede recibir más?», empezó a explicar Torres en una entrevista previa a la presentación. Su visión es poder enseñar a la gente el origen del derecho sucesorio y sus peculiaridades en las islas, por lo que decidió resumir brevemente su origen: «Es derecho romano, que data de alrededor del año 202 a.C., pero el verdadero origen lo encontramos con la conquista de Jaume I». Éste fue Guillem de Montgrí». El experto fiscal explica que este derecho se mantuvo ‘incluso después de los decretos de Nueva Planta, que destruyeron el derecho valenciano’.
Durante la conferencia se expusieron las posibles formas de transmisión de la herencia: por testamento, por fideicomiso testamentario, por abintestato o por ausencia de testamento y de personas con derecho a la herencia. En cuanto al fideicomiso, Torres explicó que «es una cuestión ibicenca que se produce cuando uno de los cónyuges encarga al otro que haga la sucesión tras su fallecimiento, el apoderamiento pasa de uno a otro». También destacó que cuando no hay herederos, son el Ayuntamiento y el Consell los que reparten los bienes, que deben invertirse en el ámbito social, cultural o educativo, según señaló durante su intervención.
«Todos los niños son iguales, los padres los quieren a todos por igual. Entonces, ¿por qué la ley establece que pueden dar más herencia a uno que a los demás?», dijo Torres. Esto se debe, como continuó explicando, a que en el pasado había un hijo, que tenía que ser el primogénito, que tenía que cuidar de los padres cuando eran ancianos y dependientes. «Esto sigue ocurriendo hoy en día, quizá en menor medida gracias a las residencias de ancianos, pero siempre hay un hijo que se ocupa más, así que ¿por qué no se puede dar más riqueza al que lo hace? Cuando hay cuatro o menos descendientes, el heredero obtendría dos tercios, cuando hay más de cuatro obtendría la mitad. El resto se repartiría entre los demás hijos.
Torres también señaló la idea de que hace años existía esta especie de imposición legal a los hermanos mayores, debido a la costumbre, de cuidar de sus padres. ‘En realidad, puedes nombrar heredero a cualquiera de tus hijos. Puede ser el mayor, el que se ocupe del negocio familiar o el que se ocupe de ti», explicó. También quiso señalar que a veces ser el heredero no compensa: «Conozco casos en los que ha acabado siendo perjudicial para ellos.
‘Las disposiciones sucesorias son mucho mejores en las Pitiusas que en Mallorca y Menorca’, dijo Torres. El ibicenco cree que las sucesiones en vida en Ibiza y Formentera presentan un panorama de «peculiaridades muy interesantes que ofrecen más posibilidades» tras la entrada en vigor en enero de la Ley 8/2022, de 11 de noviembre, de sucesión voluntaria pactada o contractual de Baleares.
Durante la conferencia, Torres también habló de unas escrituras que ya no se utilizan, pero de las que tiene un amplio registro en su despacho: los ‘espòlits’. «Este acto se hacía normalmente cuando los novios iban a casarse. La dote era la aportación de la mujer al matrimonio, que era mejorada por el marido mediante el ‘escreix’, que era el 50% de la aportación de la dote. Entonces, la mujer tenía derecho a una cuarta parte de lo adquirido mediante el matrimonio. Todavía me encuentro con escrituras de este tipo», se rió el técnico fiscal por la curiosidad del tema.
Torres es consciente de que estos temas de derecho y legislación pueden resultar pesados para quienes no están familiarizados con ellos. Por eso, utilizó una presentación llena de dibujos animados y dibujos (muchos de la serie Los Simpson) para hacer más amena la charla. Entre ellos, destacó el personaje del Sr. Burns, con su cara malvada, cuando tocó el tema de los impuestos. «Ni siquiera yo puedo cambiar algunas cosas, son como son y no se pueden explicar de otra manera, pero intento hacerlo lo mejor que puedo», confesó.