La codolada, junto con la glosa, es una de las composiciones poéticas más populares de la literatura oral menorquina. Y Lluís Mir Martí ha hecho lo mejor de Menorca con la composición «Volcán Toro». Así lo ha decidido el jurado del IV Premio a las Mejores Codolades de Menorca, un concurso organizado por la Associació de Vesins s’Enclusa de Ferreries.
Esta es la segunda vez que Mir Martí gana este galardón. Ya lo ha ganado en la segunda edición con una composición a dos manos de Joan Carreras.
El cuarto evento organizado por la entidad contó con la participación de seis noches. Era la primera vez que los candidatos no se jugaban todo a un solo premio, ya que la organización había establecido un primer premio con 300 euros, un segundo puesto con 125 euros y un tercero con 75 euros. Pero el jurado finalmente decidió no otorgar los premios para el segundo y tercer lugar. Sin embargo, le gustó mencionar las obras «Una noche de ópera» de Pere Al·lès Moll, y «Una exhibición» de Conxa Pons Pons. Hay que tener en cuenta que los premios son posibles gracias al apoyo del tejido comercial de Ferreries.
El presidente de la Associació de Vesins s’Enclusa de Ferreries, Tomeu Al·lès, indica que este acto pretende recuperar las codolades, una composición poética popular y perdida. Y poco a poco lo van consiguiendo.
A diferencia del pulido, que suele ser improvisado, la codolada es una composición angulosa que se recuerda para la reproducción oral, por lo que, si se escribe, lo hace con el mayor acercamiento posible a la lengua oral. Con varios temas, muchas codoladas se caracterizan por sus tonos divertidos, irónicos y hasta sarcásticos, con una buena línea que combate el surrealismo. Estos se llaman destruidos.
Debido a las restricciones derivadas de la pandemia, la entrega de premios y la lectura de las obras, que tuvo lugar el 17 de enero, se han aplazado.
