Esta primavera no llovió lo suficiente y ni pastos ni forraje. Esta situación no es nueva. Es una realidad que los agricultores experimentan año tras año a medida que se intensifica el cambio climático, pero afirman que este año los efectos se han acentuado. Los pajares se están vaciando y los agricultores que necesitan comida para alimentar a sus animales se ven obligados a comprarla fuera», afirma Margarida Llambías, secretaria general de la Unió de Pagesos de Menorca.
El problema es que la sequía ha tenido un impacto aún mayor, si cabe, en la península. Sobre todo en Cataluña, en la zona de Lleida, que es donde están nuestros proveedores de paja y cereales», reconoce Llambías, quien aclara que «no es que haya menos paja, es que no hay, la previsión es que no nos llegue porque no tienen ni para ellos», se lamenta. Como era de esperar, revela que «sabemos que los suministros se transportan desde otros lugares, como Francia».
Aumento de los precios
El La poca paja que queda podría incluso duplicar o triplicar su precio actual.Luis Nadal de Olives, presidente de la Asociación de Empresarios Agrícolas de Menorca (Agrame), señala que «aún no sabemos cuál será el precio». «Aún no sabemos cuál será el precio, pero teniendo en cuenta que vendrá de lejos, seguro que no será barato», advierte Margarida Llambías, secretaria general de la Unió de Pagesos de Menorca.
A un pinchazo en los bolsillosLos agricultores insulares subrayan que se trata de un producto que llega en un momento crítico caracterizado por los costes adicionales de la insularidad. que ya sufren las explotaciones ganaderas y lecheras. Se trata de un contexto difícil de afrontar, dado el aumento general de los precios y la sequía que ha añadido más dificultades al campo menorquín, que ya había sufrido un descenso de la producción y de la cabaña ganadera.
«Ahora todavía es pronto, pero se acerca el año agrícola y necesitamos que llueva para poder trabajar la tierra y alimentar al ganado. Si las lluvias no llegan y reverdecen el campo, habrá que secar a los animales, las vacas dejarán de ordeñarse y la producción de leche se resentirá», advierte Luis Nadal de Olives, presidente de Agrame.
Los ganaderos siguen vaciando los pajares y sólo los que tengan que alimentar a mucho ganado necesitarán paja extra del exterior. Margarida Llambías, secretaria general de la Unió de Pagesos de Menorca, explica que «antes de comprar suministros agotamos todas las existencias que tenemos». Llegado el momento, las cooperativas se encargan de hacer el pedido para todos los socios con el fin de rebajar el importe de la factura. Aunque esta vez todo apunta a que el precio subirá.
Menos producción
Por todas estas razones esperan una pluviosidad «adecuada» para tener suficientes pastos.. ‘Si no, el problema se agravará’, dice Llambías, que explica que ‘las vacas parirán, no tendrán comida y nos veremos obligados a deshacernos del ganado porque no permitiremos que pasen hambre’. En este sentido, el secretario general de la Unió de Pagesos de Menorca no se anda con rodeos: ‘Si hay animales que no son rentables, habrá que eliminarlos y, en consecuencia, se reducirá la producción de leche y queso’.
Hay que recordar que en el antes del verano, los ganaderos ya habían optado por reducir su producción de lecheEliminaron vacas y cambiaron la ración alimenticia de los animales para evitar más pérdidas. Una decisión tomada debido al aumento de los costes de producción y a la última reducción de los precios de la leche.
La nota
La demanda: aumentar aún más el precio de la leche para cubrir los costes.