Cuando estén jubilados y con la importante trayectoria que ofrecen cuarenta años en las aulas, Lonia Juaneda y Carme Serres dan una visión crítica del complejo trabajo educativo, suman su visión y claves para que el grado de aprendizaje en la escuela sea la vía más eficaz y ayude a formar a las nuevas generaciones, sin lagunas. Lo hacen por «Sin emoción no hay aprendizaje. Cómo educar emocionalmente y crecer en esfuerzo», Un libro cuyo título ya revela su principal línea maestra.
Carme y Lonia llevan años viniendo reflexionando sobre «el arte de la educación». Razón que los llevó hacia la inteligencia emocional, que afirman con convicción, “a través del desarrollo se puede ser más feliz” y se potencia mucho el “rendimiento académico de los estudiantes”.
Para mejorar la difícil tarea de la educación es necesario, según los educadores, «mostrar bastante y criticar cómo educamos a los niños». Y lo cierto es que a pesar de que muchos profesionales apuestan siempre por la revisión de métodos y el reciclaje, todavía hay personas que se resisten a dejar de «hacer lo que siempre se ha hecho». Porque, lo justifican, «tenemos que desobedecer, tenemos que adaptarnos a unos cambios sociales, para responder a la sociedad», enfatiza Juanico.
Varios temas
El libro está dividido en capítulos temáticos. Como tales, abordan temas como la adaptación, el perfil docente, la escucha activa, la resolución positiva de conflictos, la atención a la diversidad, la motivación, las relaciones familia-escuela, los viajes escolares o las formas de evaluación. Además, por supuesto, hay episodios dedicados al conocimiento múltiple y al desarrollo de la inteligencia emocional, temas que abarcan todo el libro.
Y es que lo emocional es determinante. “Si el niño carece de estabilidad emocional y las necesidades auditivas no están cubiertas, es difícil que se desarrolle a nivel cognitivo”, dice Serres. Además, asegura «hoy tenemos muchos niños con fracaso escolar y esto se puede solucionar con un buen manejo emocional».
Antes la transferencia de conocimientos debe tener una base sólida. «El niño necesita tener un buen conocimiento de sus propias emociones y necesita saber cómo regularse a sí mismo». Y para conseguirlo, es fundamental educar en la escucha, la empatía y la comprensión del otro. “Es la llave del futuro, porque llegan los tiempos y todo pasa por la cooperativa” y las habilidades sociales, de convivencia y de mediación son fundamentales.
Pero no sólo la emoción «es importante en el niño, el maestro también debe tener perseverancia». Por eso hay «profesores cada vez más conscientes» y se les está formando para ello.
El libro, que sus autores recomiendan a todos los profesores en general, pero especialmente a los alumnos de Magisterio y los nuevos profesores, también tiene en cuenta el modelo de educación español. «Vamos en contra de la corriente a nivel europeo», dice Serres, que pone como prioridad el establecimiento de un acuerdo nacional sobre estabilidad educativa. «El sistema no puede depender de que cada gobierno implemente su plan educativo».
Todas estas reflexiones y aportes son solo una forma de “traer de vuelta todo lo que su profesión, altamente profesional, ha traído a la escuela a lo largo de los años. Este libro ya está disponible en las librerías de la isla, así como en todas las oficinas de la Xarxa de Biblioteques de Menorca.
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