Una sólida y brillante temporada regular (tercer mejor registro de toda la liga) está dando al equipo menorquín plena continuidad en los play-off, donde invictocon un diferencial medio de más de quince puntos a su favor en los tres partidos disputados y a las puertas de poder jugar el cruce final.
Oportunidades
No es el momento, por tanto, de estropear lo que la perspectiva histórica postula como la situación más favorable Hestia Menorca nunca antes se había encontrado en una postemporada -en su única incursión anterior en la segunda ronda, en 2021 contra el Zornotza, afrontó la segunda ronda en una situación radicalmente opuesta, teniendo que remontar un -11- para clasificarse para la fase final-, por lo que ni siquiera el «locus amoenus» en el que reside el equipo menorquín (gracias también a que juega al abrigo de su afición, lo que siempre es un valor añadido) altera un planteamiento interiorizado como precepto cardinal en Bintaufa: partir de cero.
Él mismo Javi Zamoraeste viernes, unas horas antes del partido, y Nacho Arroyoun día antes y también en estas páginas, expresó un pensamiento absolutamente generalizado en el vestuario isleño, sobre el riesgo que suponía especular con el +11 o enterrar prematuramente a Ponferrada. Capaz de dejar atrás, en la primera vuelta, al poderoso Sant Antoni, que además ganó los dos partidos, violando con autoridad la plaza de Pitiusa en el segundo duelo, lo que demuestra su rendimiento y eficacia incluso lejos del refugio de la ‘Lydia Valentín’, el equipo berciano no disimula su ambición de intentar repetir el éxito en su segundo viaje consecutivo a la latitud balear.
«Venimos a ganary luego empezaremos a pensar en recuperar los once puntos, pero tendremos que aprovechar nuestras oportunidades», proclamaron desde El Bierzo antes de partir hacia Maó. Una afirmación que da más sentido a la halo de cautela Menorca lució esta semana, rechazando cualquier espacio para la euforia. Más allá de saber que su amplitud de recursos y su capacidad para optimizarlos son suficientes para volver a dominar, como en el partido de ida, a un rival aparentemente más limitado, pero en conjunto dotado de argumentos para competir con cualquier exponente de la liga, la lectura de lo sucedido hace siete días no hace sino glosar un episodio que ya ha concluido. La primera de esta serie de dos partes.
Para resolver la segunda de forma similar -o para que la ventaja obtenida en el partido de ida cuente como definitiva- será necesario que Menorca siga manteniendo la exuberante nivel defensivo y la tensión del partido mostraron en muchos pasajes del partido de Ponferrada. En este contexto, contener Jorge Martínez y Álex Jordácomo demostraron en el partido de ida, los elementos más productivos de Ponferrada, contribuirán exponencialmente a la consecución del objetivo.
Además, la pragmatización de la enorme riqueza de talento ofensivo de que dispone Menorca, empezando por Jackson (que fue «apaleado», y no poco, en el encuentro de El Bierzo, aunque se encuentra en perfectas condiciones y con ganas de reanudar la batalla; ya veremos hasta qué punto la sanción arbitral es tan laxa con sus «compañeros» del Pavelló), continuando desde Stoilov (en términos de tamaño y rendimiento, casi indefendible) y Nacho Arroyo (en el mejor momento de la temporada y de su carrera; quizás, en estos momentos, el mejor base de la competición LEB Plata), una columna vertebral apoyada en un grupo de activos de lujo, tanto Pol Molins, Alderete, los dos Pablos, Tamayo, Tomaic… para quienes, en verdad, ni siquiera la pérdida significativa debida a la lesión de Nikola Miskovic se vio afectado en términos de reducción de potencial, confianza o ganas de ganar. En general, un equipo centrado en ganar este día y en seguir alimentando la LEB Oro.