El magistrado del Juzgado de Instrucción número 2 de Palma ha imputado a ocho ciudadanos británicos por la enorme estafa del falso envenenamiento de turistas en Mallorca. El juez los acusó de presuntos delitos de estafa agravada y organización criminal, al considerar que los sospechosos crearon una banda organizada que convencía a los turistas para que reclamaran indemnizaciones a los hoteles y operadores turísticos inventando intoxicaciones alimentarias. El juez evaluó el importe de la indemnización obtenida en el Reino Unido en «una cantidad que superaba con creces los 200.000 euros», lo que causó perjuicios a los operadores turísticos y a los hoteles.
En un auto, al que ha tenido acceso EL PAÍS, el juez encuadra los hechos entre los años 2016 y 2017, cuando los hermanos Laura y Marc Edward Cameron formaron una banda organizada dedicada a recabar datos de turistas británicos alojados en régimen de todo incluido en varios hoteles de la isla de Mallorca. El magistrado afirma que los sospechosos convencieron a los turistas para que declararan «falsamente» en un formulario que habían preparado que habían enfermado durante su estancia en los hoteles «con el fin de reclamar una compensación económica en el Reino Unido». Los hermanos crearon una entidad con el fin de remitir los datos obtenidos a bufetes de abogados del Reino Unido con los que mantenían una estrecha relación.
«Los hermanos Cameron contrataron a varias personas para que se desplazaran a diversos hoteles y recopilaran datos personales de los turistas, entre los que debían proporcionar información que relacionara su ingesta de alimentos en los hoteles y la supuesta intoxicación por ello, así como las medidas a adoptar una vez que regresaran al Reino Unido. En realidad, a estas personas se les pagaba un porcentaje del dinero obtenido mediante la reclamación. Entre 2016 y 2017, el importe de las indemnizaciones obtenidas en el Reino Unido «superó significativamente» los 200.000 euros, según el magistrado.
Basándose en las investigaciones realizadas desde el inicio del procedimiento, el magistrado afirma que existen numerosos indicios de culpabilidad contra las ocho personas investigadas. Así, señala que en los hoteles gestionados por la empresa Club MAC Alcúdia, de las casi 800 personas que solicitaron indemnización, sólo 38 pidieron asistencia médica. Los hoteles en cuestión habían superado satisfactoriamente todas las inspecciones sanitarias, incluidas las de los propios operadores turísticos que, a pesar de las denuncias presentadas, siguieron celebrando contratos con los mismos hoteles en años posteriores», reza el auto. Para el juez, otra prueba relevante es que varios sitios web ofrecían la posibilidad de obtener una indemnización de hasta 40.000 libras con una probabilidad de éxito del 98% y sin coste alguno para el cliente. El autor señala también que se encontraron pruebas de cómo se organizaban los investigados para intentar captar clientes, hacerles la reclamación y cómo seguían después la reclamación, hechos que figuran en los informes redactados por varios investigadores contratados por operadores turísticos y hoteles implicados en el caso.
La investigadora principal admitió en su declaración ante el tribunal que había recopilado los nombres y números de teléfono de turistas británicos que pasaban sus vacaciones en Mallorca y luego los había vendido a empresas especializadas en reclamaciones y marketing en el Reino Unido. Sin embargo, negó que ella o sus empleados intentaran persuadir a los viajeros para que reclamaran indemnizaciones a los establecimientos inventando enfermedades. Laura Cameron afirmó que los datos se vendieron a empresas de marketing que compraron los nombres y números de los viajeros «por si les ocurría algo». Dijo que, a través de su empresa, vendió los datos a tres empresas distintas, todas ellas con sede en el Reino Unido y especializadas en marketing y reclamaciones, e insistió en su momento en que nunca se indujo a los turistas a quejarse. Cameron admitió que se benefició del envío de los datos, ganando unos 5.600 euros por enviar unos 1.000 nombres y números de teléfono.
El juez ordenó el sobreseimiento de la causa para una mujer, de la que no hay pruebas suficientes para seguir adelante con el caso, y para otras tres que siguen en paradero desconocido. La acusación particular está representada por la Federación Hotelera de Mallorca y una cadena hotelera. El caso ha llevado al Reino Unido a tomar medidas como iniciar procedimientos para abaratar el proceso judicial a los operadores turísticos mediante una reforma que limite y fije por adelantado los costes del proceso judicial. Además, la Asociación de Viajes ABTA anunció que el Ministerio de Justicia británico ha prohibido a los bufetes de abogados radicados en el Reino Unido cobrar honorarios «excepcionalmente elevados» por reclamaciones de enfermedad en destinos extranjeros.
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Martina Rodríguez es periodista española nacida en Mallorca, España, en 1965. Comenzó su carrera trabajando como reportera local para el Diario de Mallorca. En 1993, fue contratada por el periódico nacional El País, donde trabajó como corresponsal en la oficina de Madrid. También ha trabajado como periodista independiente para varias publicaciones, incluyendo El Mundo y The Guardian. En los últimos años, ha sido colaboradora habitual de la revista online Gatopardo.
Rodríguez está considerada como una de las principales periodistas españolas. Ha ganado varios premios por su trabajo, entre ellos el Premio de la Asociación de la Prensa de Madrid (2003) y el Premio Nacional de Periodismo (2007). En 2010 recibió el prestigioso Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.
Rodríguez también ha participado activamente en la promoción de la libertad de prensa y la libertad de expresión en España. En la actualidad colabora con el diario de las islas baleares: Gaceta Balear.