Jesús Cuartero es su presidente y un ferviente defensor de las bondades del turismo más selecto y refinado. «Nacimos en 2013 para promocionar Mallorca como destino de lujo. Es un trabajo que no podemos dejar de hacer. Intentar mejorar el posicionamiento de la isla forma parte del ADN de Essentially Mallorca. Desde el primer momento nos dimos cuenta de que promocionar el turismo de lujo no es lo mismo que publicitar la isla como destino turístico. La idea inicial de Essentially Mallorca, que se ha ido consolidando a lo largo de los años, era tener una asociación, no sólo de hoteles, que aglutinara todos los elementos que pueden contribuir a hacer de Mallorca un destino de lujo», explica Cuartero.
Definir el lujo no es tarea fácil: ‘Hay tantos lujos como personas. El lujo, en cualquier caso, debe tener buen servicio, excelentes profesionales, exclusividad… y debe emocionar. Eso es lo que distingue un destino premium de un destino de lujo. Tiene que permanecer en la memoria. Hay destinos de lujo en Mallorca que pueden calificarse de ostentosos, otros son para exhibirse… Mallorca es un destino discreto donde lo local, la proximidad, la tradición, la cultura… nos distinguen», subraya. Y cuando define el lujo, no tiene dudas: siempre debe ser caro y exclusivo. El lujo debe ser caro, aunque es cierto que también puede haber lujos que no sean muy caros. Por ejemplo, la media de empleados de un hotel de lujo es cuatro veces superior a la de un establecimiento turístico. Es normal que sea más caro. Además, si no es exclusivo, es poco probable que sea de lujo. Una oferta premium y una oferta de lujo no son lo mismo», explica.
El presidente de Essentially Mallorca dice que un conocido autor, cuyo nombre no recuerda, explica la diferencia entre premium y lujo de forma sencilla. Un servicio premium tiene calidad y alta especialización, mientras que en un servicio de lujo podemos hablar de exclusividad y emoción. Me parece una reflexión muy acertada», afirma.
Los mercados objetivo del turismo de lujo no son muy distintos de los habituales. ‘Tenemos mercados maduros como el Reino Unido y Alemania, que están sufriendo la situación económica actual, pero que siguen siendo muy importantes. Además, hay que tener en cuenta a los norteamericanos, que en muchos casos han comprado propiedades en Mallorca. El mercado norteamericano es ya el tercero en importancia para muchos de nuestros clientes. Esto se debe en parte a United Airlines, aunque antes de la pandemia ya había un grupo de empresas en Mallorca que trabajaban para atraer a clientes de EEUU. Por último, los clientes que viajan a larga distancia están aumentando. El mundo es cada vez más pequeño. Cada día hay más clientes con alto poder adquisitivo de México, Australia, Corea, etc. Son mercados aún incipientes, pero empiezan a descubrir Mallorca», subraya.
Los turistas de lujo gastan unos 2.000 euros al día y su estancia media es más larga que la de un viajero normal, de cinco a siete días. Además, el turista de lujo no sólo viaja una vez al año: aunque también lo hace en temporada alta, es habitual que se ausente entre julio y agosto. «El turista de lujo viaja con un propósito. Dan por sentado que tienen un buen hotel, una gran habitación…. Quieren acercarse al destino. El turismo de lujo es mucho más sensible a la sostenibilidad, se interesa por la cultura local… Todos los establecimientos de Essentially Mallorca apuestan por el kilómetro 0, por los productos locales», afirma.
Hay destinos que se vinculan inmediatamente al turismo de lujo, como Montecarlo, por ejemplo. Cuartero argumenta que Mallorca ya se percibe como un destino de lujo. Mallorca, aunque no lo parezca, ya se percibe como un destino de lujo. La pandemia nos ha posicionado. La situación ha traído a Mallorca un buen número de clientes de lujo y el reto ha sido retenerlos. Muchos acaban comprando propiedades en la isla. Tenemos que ser conscientes de que los recursos son limitados. Tenemos que encontrar un equilibrio», dice Cuartero, que no duda en subrayar que el turista de lujo es más un turista de hotel que de casa de vacaciones. En cualquier caso, reconoce el aumento de los alquileres en los últimos años. El turista de lujo es más un turista de hotel, pero tenemos que pensar que también hay alquileres vacacionales de lujo. Hablamos de grandes villas. También es un tipo de cliente que consume una gran variedad de servicios. En cualquier caso, el negocio del alquiler de grandes villas ha crecido exponencialmente en los últimos años. La pandemia también ha contribuido a ello», afirma.
Cuartero reconoce que la masificación es siempre un peligro para cualquier destino. En este sentido, asegura que el lujo escapa a la masificación por su carácter exclusivo. La masificación es un peligro. Uno de los retos a los que se enfrentan nuestros políticos es encontrar un equilibrio. No podemos crecer exponencialmente. Ya se acepta que no podemos competir en precio. Y tiene que ser así. Evidentemente, el turismo de lujo no debe ser la única oferta existente, pero hay que buscar y encontrar un equilibrio», afirma. Por último, respecto a la intención del gobierno de cambiar la ley de turismo, Cuartero apela al diálogo con el sector para tomar la mejor decisión.