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La Liga Santander: La búsqueda desesperada del Real Madrid : Deporte

El Mallorca, un equipo duro, sacó el máximo partido de un partido difícil. Un partido con mucha lija, desesperante para el Real Madrid, perdido en numerosos choques y sin más recurso que una batería de disparos al área en el tramo final. El Real se mantuvo a raya ante un rival muy duro, casi imbatible en las barricadas. Y que tienen un jugador estrella: Muriqi. Es la imagen de este equipo de Mallorca. Opera en la periferia de todas las porterías, exprime como un limón y nunca se marchita. Muriqui llevó al límite a Nacho en el único gol, y Rajkovic desbarató a Asensio desde el punto de penalti después de que el portero serbio hubiera puesto en apuros a Vinicius.

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Predrag Rajkovic, Giovanni González, Pablo Maffeo, Nastasic, Raíllo, Jaume Costa, Iddrisu Baba (Battaglia, min. 78), Lee Kang-In (Antonio Sánchez, min. 78), Dani (Amath, min. 67), Ruiz de Galarreta (Grenier, min. 91), Muriqi

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Real Madrid

Andriy Lunin, Camavinga, Nacho, Dani Carvajal, Rüdiger, Dani Ceballos (Alaba, min. 70), Aurelien Tchouameni (Kroos, min. 70), Federico Valverde (Modric, min. 64), Marco Asensio (Mariano, min. 70), Vinicius Junior y Rodrygo.

Objetivos 1-0 min. 13: Nacho (p.p.).

Árbitro Alejandro José Hernández Hernández

Tarjetas amarillas Vinicius Junior (min. 44), Dani Ceballos (min. 46), Jaume Costa (min. 60), Federico Valverde (min. 63), Amath (min. 71), Modric (min. 80), Pablo Maffeo (min. 86), Mariano (min. 89) y Raíllo (min. 92).

El equipo de Ancelotti no encontró el remedio adecuado. El Madrid se olvidó del fútbol en demasiados momentos y sólo se acordó de Vinicius y de sus molestos asaltos con Maffeo, el celoso comisario del brasileño. Mal asunto para el Real Madrid. Mejor para el equipo de Javier Aguirre, al que le gusta quemar cerillas. Vinicius no fue corneado como el camorrista de Gabriel, pero su caso, alimentado dentro y fuera del club, se ha convertido en una cuestión de estado. La afición bermellona era consciente de ello, con abucheos constantes al extremo blanco. Molesto, Vinicius fue amonestado en el descanso por golpear el balón. Y podría haber recibido más condenas tras sus protestas en el descanso. Ceballos fue amonestado y el andaluz recibió una tarjeta.

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Más allá del peculiar duelo del brasileño con rivales, árbitro y público, el Madrid parecía molesto por un partido con tantos problemas: con viento, por la tarde, en un escenario que aturde a cualquiera y ante un rival áspero como el Mallorca. Un partido difícil para los campeones. Un día de grandes partidos para los isleños. Ni siquiera el outsider menor Palma fue suficiente para el Madrid. Asensio perdió los nervios con Rajkovic en un penalti. Su disparo fue desviado, con agilidad y manos firmes, por el portero local.

De principio a fin, el juego era clandestino. Ni una caricia a la pelota. Gente, toda ella, en el suelo. Un avispero. Mucho scrumming, mucho ruido y poco o nada de fútbol. Todo era sólido. Sólo un destello de Muriqi, un jugador sin límites, de los que brillan como pocos en el aire. Es el objetivo del Mallorca. Gana las luchas celestiales en el rancho rival que en el suyo propio. O en el centro del campo. Allí ganó el balón que dio origen al gol local. Dani Rodríguez le asistió, obviamente en las nubes, y el kosovar quiso peinar el balón a la espalda de Lunin. No fue él quien lo hizo, sino Nacho, que puso el balón por encima del ucraniano con la cabeza, sustituyendo en el último momento al lesionado Courtois, que había pasado apuros en el calentamiento. El gol de Nacho fue provocado por Muriqi, que dejó a Son Moix delante de la portería.

Contra el Mallorca, nada peor que marcar un gol. Es un equipo que se protege como pocos: 5-4-1. No importa que les falten sus centrales pretorianos (Valjent y Copete). Unen las líneas, cierran el embudo y dejan a la oposición a oscuras. Por ejemplo, la Real, con sus centrocampistas obligados a maniobrar casi siempre de espaldas a la portería. Rodrygo, enjaulado entre los tres centuriones del eje bermellón, Vinicius con mucho juego de guerrilla y Ceballos y Asensio también luchando. Al Madrid le quedaba la opción de los disparos lejanos. Sobre todo en la primera parte, con el viento a favor. Rodrygo, Rüdiger, Asensio… lo intentaron sin suerte. Nada de nada.

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Ancelotti intervino con la introducción de Kroos y Modric. No hay solución. Ni el compromiso de Alaba en el lateral, ni la energía de Camavinga. El entrenador italiano lo vio tan difícil que reclutó de las catacumbas a Mariano, que falló un par de ocasiones.

Lo único que tenía que hacer el Real era poner el balón en el aire. Muriqi, delantero y central, en definitiva. Se encontró en medio de un disparo de Camavinga que presagiaba el empate.

En el minuto 100, la zaga del Mallorca, o más bien todo el equipo, se cerró en torno a Rajkovic, repeliendo los miles de centros de los visitantes. La banda sonora del equipo de Aguirre estaba en su propia área. Demasiado para el Real, al que Ancelotti salvó la vida en la final. El refuerzo de Vinicius retiró al brasileño al final del partido para evitar males mayores. Poco antes, Raíllo, el capitán local, había sugerido irónicamente al delantero que besara el escudo del Mallorca. El Real debe evitar que Vinicius se convierta en un caso preocupante para el propio Real. En Palma lo pagó y las cuentas de la liga son ahora peores para él.

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Periodista en Gaceta Balear

Martina Rodríguez es periodista española nacida en Mallorca, España, en 1965. Comenzó su carrera trabajando como reportera local para el Diario de Mallorca. En 1993, fue contratada por el periódico nacional El País, donde trabajó como corresponsal en la oficina de Madrid. También ha trabajado como periodista independiente para varias publicaciones, incluyendo El Mundo y The Guardian. En los últimos años, ha sido colaboradora habitual de la revista online Gatopardo.

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Rodríguez está considerada como una de las principales periodistas españolas. Ha ganado varios premios por su trabajo, entre ellos el Premio de la Asociación de la Prensa de Madrid (2003) y el Premio Nacional de Periodismo (2007). En 2010 recibió el prestigioso Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.

Rodríguez también ha participado activamente en la promoción de la libertad de prensa y la libertad de expresión en España. En la actualidad colabora con el diario de las islas baleares: Gaceta Balear.

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