«Es un tema que no depende de mí, pero está sobre la mesa y hay que abordarlo», afirma el profesor, que admite que la llegada de esta tecnología «trastoca» el modelo de enseñanza. «En el sector educativo, esta tecnología provoca miedo, pero también Puede traer cosas buenass», está convencida. Xesca Gomila, profesora del IES Joan Alcover de Palma, también está deseando que se introduzca este sistema en las aulas, pero afirma que en su centro ya han detectado su uso por parte de los alumnos.
«Hemos detectado tareas realizadas con ChatGPT que incluso se están utilizando como ‘chuletas'», dice la profesora, porque algunos alumnos han podido utilizar este sistema durante una prueba realizada con ordenadores con el objetivo de aprobar más fácilmente. «Los informáticos están buscando ahora una forma de bloquear su uso durante los exámenes que pueda calificarse», explica Gomila. Según el testimonio de otros profesores, algunos alumnos, al escribir un texto con este sistema, se dan cuenta de que es demasiado correcto y añaden algunas faltas de ortografía para que parezca más adecuado a su nivel.
En este sentido, Gomila se compromete a cambiar la forma de enseñar porque estas herramientas han llegado para quedarse. «Ya nos hemos reunido en la escuela para evaluar el impacto que esto podría tener; tenemos que tenerlo en cuenta y tenemos que cambiar la forma de enseñar porque los alumnos utilizan ChatGPT para hacer sus deberes, no como una ayuda», afirma. La autora también cree que La inteligencia artificial ha dividido la profesión docente entre los que creen que no aporta ningún beneficio a la enseñanza y los que, por el contrario, sostienen que, si se estudia con cuidado, puede utilizarse como herramienta para mejorar el aprendizaje.
Éste es el caso del director del IES Josep Maria Llompart de Palma, Jaume Salvà, que lleva estudiando cómo funciona ChatGPT desde que se abrió al público a finales del año pasado. «Es normal que un avance tan repentino cause miedo, pero tarde o temprano hay que superarlo», dice, y descarta la idea de que el sistema ChatGPT se abriera al público a finales del año pasado. alarmismo que se está generando sobre los males que podría causar esta tecnología en un futuro lejano. Como cualquier herramienta, es su uso lo que la hace buena o no», afirma.
Salvà afirma que ha comprobado que la fomenta la creatividad y la eficacia del usuario. «Puedes crear una unidad didáctica adaptada a la singularidad del perfil de tus alumnos, puedes ser más preciso», dice. También cree que si una actividad de clase se puede hacer enteramente con ChatGPT, no está bien planteada. «Nos ayuda a comprender que tenemos que educar con otras competencias distintas de las que hemos estado utilizando durante los últimos 200 años, como las competencias básicas. almacenamiento. Antes de Internet, copiábamos de la Enciclopedia Espasa Calpe; luego utilizamos el Rincón del Vago, después Wikipedia y ahora ChatGPT», reflexiona, y pide un cambio de actitud en el sector. adaptarse al cambio.
El director propone replantearse las actividades que se pueden hacer con inteligencia artificial. «Si se trata de resumir, hagamos que los alumnos utilicen ChatGPT para crear la información y luego la utilicen para crear un resumen de la información. contrarrestar y justificar porque estaba equivocado, ya que el sistema está equivocado‘, explica el profesor, que es historiador. «Es una forma rápida de reciclar una activación que ya no funciona en este nuevo contexto; requiere un cambio de funcionamiento», añade el profesor, que en el blog mestriacat.wordpress.com ofrece consejos sobre cómo utilizar este sistema digital en beneficio de los profesores y del aprendizaje en el aula.