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Entrevista en Mallorca con Lionel Scaloni, ganador del Mundial de Qatar 2022 con Argentina.

Ha pasado casi un mes y medio desde que Lionel Sebastián Scaloni (Pujato, 1978) entró en la leyenda al bordar una tercera estrella en la camiseta de la selección argentina. Entre entrevistas y actos de reconocimiento, el entrenador -además de jugar en su día en Real Mallorca asentado en la isla – aún no ha conseguido bajar de la nube en la que se subió en Qatar. En cualquier caso, asegura que se lo toma con naturalidad y que hay una cosa que el Mundial no ha cambiado: disfruta del fútbol en cualquier circunstancia y con la misma pasión de siempre.

-¿Has asimilado todo lo ocurrido y las repercusiones han sido mayores de lo que esperabas?
-Es un poco lo que le digo a todo el mundo: al final del mes y medio esto es lo más fuerte, lo más fuerte, y luego debería calmarse. Poco a poco nos vamos dando cuenta de lo que se ha conseguido, pero el clamor es ahora. La gente sigue estando muy contenta y, al final, eso es lo que realmente cuenta. Ver a un país tan apasionado por el fútbol tan feliz por nosotros es lo más hermoso.

-Menotti, Bilardo y ahora Scaloni, ¿qué opinas de verte allí?
-Al igual que cuando asumimos el cargo de entrenador, cuando éramos jóvenes y no teníamos experiencia en clubes, lo dimos por hecho, ahora lo damos por hecho cuando hemos ganado, al igual que se puede perder. Éstas son las reglas del fútbol. Hoy no pienso en si también ganamos el Mundial como Bilardo y Menotti, sinceramente. No soy de los que miran estas cosas. Las cosas llegan. Si son positivas, perfecto; si son negativas, hay que continuar.

-El título echó por tierra algunas teorías y críticas que hablaban de su inexperiencia.
-Era la realidad. Siempre cuento una anécdota sobre el maestro Tabárez, que debe haber entrenado durante cuarenta o cincuenta años. Jugamos un amistoso entre Argentina y Uruguay en Israel y él vino a saludarme y me dijo: ‘a los que dicen que no tienes experiencia, diles que tienes experiencia, que has jugado 21 años al fútbol profesional y que aunque esto no sea sinónimo de hacerlo bien, tienes mucha experiencia’. Me gustó y se me quedó grabado. Al final, hoy en día todos conocemos el fútbol, las tácticas y las estrategias. Nosotros vamos en dirección contraria. Estar cerca del jugador, comprender lo que quiere en cada momento…. Son las pequeñas cosas las que marcan la diferencia.

-¿Se han enterrado ya todas estas críticas?
-No, forma parte de mi trabajo. Ser seleccionador de Argentina, como cualquier selección nacional o quizás un poco más, significa que la gente, la prensa, puede expresar su opinión. En mi caso, la realidad era que no tenía experiencia. Me tomé bien las críticas. No me importó en su momento y ahora que somos campeones no les doy más importancia de la que tienen. Sigo haciendo lo mío, eso no me cambia. Eso es lo que tenemos que recalcar: no desviarnos de lo que queremos conseguir, no pensar en lo que dirá la gente.

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-Si tuvieras que elegir un momento del mes que pasaste en Qatar, aparte del título, ¿cuál elegirías?
Cuando ganamos a Croacia en semifinales y al día siguiente se enfrentaron Francia y Marruecos. No sabíamos quién sería nuestro rival en la final y cuando vimos el partido estaba convencido de que lo haríamos bien. Hicimos un discurso interesante a los jugadores y fue un momento bonito, bastante agradable. Cuatro días antes de la final, sentíamos que podíamos ganar.

-La derrota contra Arabia fue un shock para el mundo, ¿cómo lo viviste desde dentro?
-Hacía tres años y medio que no perdíamos, desde 2019, y sabíamos que ocurriría tarde o temprano. Y creo que ocurrió en el mejor momento porque nos despertó. La derrota nunca es buena, pero al final fue bienvenida aunque perdiéramos sin merecerlo. Son cosas que pueden ocurrir en el fútbol. En la primera parte podíamos haber ganado bien y al final salió mal. Lo importante es volver a levantarse y eso es lo mejor que hicimos.

-Las imágenes del siguiente partido contra México, con Aimar desahogándose, son reveladoras.
-En ese partido se juntaron muchas cosas. Pablo (Aimar) venía de un problema familiar importante, porque su madre había muerto y todo estaba resuelto. Cuando marcas un gol sientes una gran alegría, te vienen muchas cosas a la cabeza. Había mucha presión, porque si ganábamos seguíamos dependiendo de nosotros mismos, pero si no ganábamos tendríamos problemas. Era una acumulación de sentimientos. La imagen se ha hecho famosa y refleja la sensación que tienes cuando diriges a estos tipos. Tienes que demostrarles que eres como ellos, uno más, que estás sentado en el banquillo, pero como ellos. Quizá seamos un poco más reflexivos cuando hay que serlo, pero queremos que a Argentina le vaya bien porque somos hinchas de la selección. Y, por supuesto, si lo vives en primera persona, el peso es mayor.

-¿Fue más difícil levantarse tras la primera derrota, cuando fuisteis a la prórroga contra Holanda, o en la final contra Francia?
-Lo mejor de este equipo es que puede recuperarse en cualquier circunstancia. Contra Holanda íbamos ganando bien y el partido se complicó con un gol de cabeza a ocho minutos del final y ellos empataron en la última jugada, pero el equipo estaba jugando bien y en la prórroga merecimos ganar. Contra toda lógica, íbamos a los penaltis con mucha confianza y teníamos mucha gente que los tiraba. Y lo mismo ocurrió con Francia. Jugamos un partido muy completo hasta su primer gol en el minuto 80. Lo mismo ocurrió en la prórroga. Volvimos a poner el partido en nuestros pies, marcamos el gol, tuvimos ocasiones y nos salvamos en la última jugada, con la famosa jugada de Emiliano (El Dibu Martínez). Siempre reaccionamos a los mensajes y pudimos oponernos a cosas que quizás en otro momento habrían sido muy perjudiciales.

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-Desde fuera parecía que ningún otro equipo estaba sometido a más presión que Argentina.
-Cualquiera que siga a la selección argentina siempre lo ha sabido, independientemente de que Messi o Maradona sean candidatos al Mundial. La presión de la gente, de los aficionados, siempre estará ahí. Es un país de fútbol. Si tienes a Leo o a Maradona aumenta aún más, pero aunque no tengas los equipos para ser campeón siempre te van a meter ahí y hay que saber vivir con eso. En este caso íbamos bien, con un grupo consolidado pero con los pies en el suelo porque había diez equipos que podían ganar y en un partido tumbarte.

-En Mallorca viviste el título de Argentina de una manera muy especial, ¿te afectó?
-Los argentinos estamos en todas partes (risas). Tengo fotos, sí. La familia de mi mujer es de aquí y todos estaban muy contentos. Es bonito que tanta gente se sienta implicada y haya vivido el Mundial de esta manera.

-¿Te volveremos a ver como seleccionador de Argentina?
-Estamos trabajando en ello, sí.

-Seguiste una trayectoria profesional diferente a la de la mayoría de la gente y empezaste dirigiendo un equipo nacional. ¿Se te ocurre alguna opción para hacer el camino inverso?
-Hice lo contrario, ahora mi carrera irá a peor (risas). Cuando dejas de jugar, en lo primero que piensas es en ser entrenador, que es lo más parecido a ser jugador. No hay nada más parecido a estar en el campo, a sentir esa adrenalina. Y cuando decidas ser entrenador, lo serás por la razón que sea. He demostrado que no tengo problemas. Empecé en Agora, he estado en Son Caliu, en Playas…. El futuro dirá dónde estoy. No tengo ningún problema en ir donde ellos quieren y me siento cómoda.

-Siempre llevará consigo el eslogan «Scaloni, campeón del mundo».
-Esto no es malo (risas). Llegará el momento en que eso suceda. Y también los momentos difíciles. El fútbol es así, no siempre estás en la cima. Pero estamos hechos para ello, para soportarlo. Tenemos que seguir pasando por estas cosas. Jugamos al fútbol durante 20 años, pero de repente se acaba y empieza una nueva vida, la de entrenador. Y esa vida es, domingo tras domingo, jugar por algo. Eso es lo que necesitamos. El cuerpo te lo pide. Sentir la presión: si no gano, ¿qué pasará?

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-Se ha hablado mucho de tu trabajo con niños en algunas discotecas de Mallorca: ¿cómo lo recuerdas?
-Lo primero que recuerdo es la emoción de las primeras veces. Fue en este campo (Agora Portals) donde hice mi primera sesión de entrenamiento, con niños de diez años. Luego fui a Son Caliu y Playas y tuve la misma pasión y ganas que ahora. La misma idea. Cuando empiezas con niños pequeños quieres hacer cosas que no son reales, pero hay personas que te corrigen, que están acostumbradas a estar con niños y te dicen: mira, todavía no. Siempre digo que más allá de los niveles, lo importante es hacerlo con ganas y pasión. Siéntelo como propio.

-En el Mallorca tenéis a un jugador seleccionable como Pablo Maffeo: ¿lo tenéis en cuenta?
-Sí, por supuesto. Le seguimos desde que estaba en el Girona.

-¿Qué opinas de lo ocurrido en España y del cambio Luis Enrique-De la Fuente?
-Tengo un enorme respeto por Luis Enrique. Hizo un Mundial muy bueno, pero un mal partido, un gol fallado, y te dejan fuera. Y De la Fuente me dio una lección en el curso de entrenador. Me llamó la semana pasada y le deseo lo mejor. Además de ser un gran entrenador, es una gran persona y eso dice mucho de él. Sin duda lo hará bien.

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Periodista en Gaceta Balear

Martina Rodríguez es periodista española nacida en Mallorca, España, en 1965. Comenzó su carrera trabajando como reportera local para el Diario de Mallorca. En 1993, fue contratada por el periódico nacional El País, donde trabajó como corresponsal en la oficina de Madrid. También ha trabajado como periodista independiente para varias publicaciones, incluyendo El Mundo y The Guardian. En los últimos años, ha sido colaboradora habitual de la revista online Gatopardo.

Rodríguez está considerada como una de las principales periodistas españolas. Ha ganado varios premios por su trabajo, entre ellos el Premio de la Asociación de la Prensa de Madrid (2003) y el Premio Nacional de Periodismo (2007). En 2010 recibió el prestigioso Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.

Rodríguez también ha participado activamente en la promoción de la libertad de prensa y la libertad de expresión en España. En la actualidad colabora con el diario de las islas baleares: Gaceta Balear.

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