El primer sacerdote expulsado de la Iglesia española por un caso de pederastia, el ex párroco de la iglesia mallorquina de Can Picafort, Pere Barceló, ha sido juzgado de nuevo por un caso de presuntos abusos sexuales cometidos cuando estaba al frente de la iglesia de este núcleo urbano del norte de Mallorca. El magistrado del Juzgado de Instrucción número 1 de Inca dictó auto de procesamiento contra el sacerdote por un presunto caso de abusos sexuales cometidos entre 2008 y 2010 contra una menor que tenía siete años cuando comenzaron los ataques.
Barceló fue puesto en libertad en agosto del año pasado tras cumplir una pena de seis años de prisión, a la que fue condenado tras admitir haber violado hasta en diez ocasiones a una niña de diez años que asistía a clases de catequesis en la parroquia. Según Diario de Mallorca y confirmado por EL PAÍS, el juez de Instrucción número 1 de Inca dirigió la investigación contra el ex sacerdote después de que la víctima, ya mayor de edad, relatara en 2018 una serie de abusos sexuales cometidos por el entonces párroco de Can Picafort.
La denunciante relató que los presuntos abusos tuvieron lugar entre 2008 y 2010, cuando ella tenía entre nueve y diez años, y cesaron cuando dejó de acudir a la iglesia local, según confirmaron fuentes judiciales. El juez considera que existen indicios de delito contra el ex sacerdote y ha dictado auto de procesamiento por presuntos abusos sexuales.
Barceló, a través de su abogado, ha presentado un recurso ante la Audiencia Provincial de Palma, que decidirá si le sienta en el banquillo de los acusados. El ex clérigo, que ahora tiene 70 años, fue el primer sacerdote expulsado de la Iglesia española por un caso de pederastia. En 2013, el Tribunal Eclesiástico le declaró culpable de delitos sexuales «muy graves» después de que tres mujeres le acusaran ante un juez de haber abusado de ellas cuando eran menores. El obispado de Mallorca lo inhabilitó completamente para el sacerdocio, la más alta sanción eclesiástica.
En su sentencia canónica, emitida en marzo de 2013, el tribunal eclesiástico admitió que «a menudo se apartaba, ocultando los hechos que aparecían». Mientras la Iglesia decidía expulsar a Barceló, el ex sacerdote fue imputado por un tribunal de Inca a raíz de una denuncia de las víctimas. Finalmente, en julio de 2016, uno de los casos llegó a juicio y el sacerdote fue condenado por la Audiencia Provincial a seis años de prisión por un delito continuado de violencia sexual, tras admitir haber violado en diez ocasiones a una niña de diez años que acudía a la parroquia para recibir catequesis y participar en actividades de verano.
Barceló confesó que los abusos comenzaron en 1997, cuando la menor asistía a actividades recreativas y ayudaba como monaguillo en la parroquia de Can Picafort. El sacerdote declaró que se aprovechó de la confianza de la niña para abusar de ella, empezando por realizarle tocamientos en lugares como el coche o la sala común, obligándola después a practicarle sexo oral en la habitación que él tenía en la parroquia y aprovechando que los otros menores que asistían a las actividades estaban durmiendo la siesta.
Informe de testigos
Los hechos cesaron durante algún tiempo después de que un joven que acudía regularmente a la parroquia sorprendiera al clérigo abalanzándose sobre la menor en un sofá de la casa del sacerdote. El testigo presentó una denuncia, pero la investigación no llegó más lejos porque la menor no admitió los hechos cuando fue presionada por el sacerdote, según su declaración ante el tribunal. Dijo que el sacerdote la persuadió para que negara los hechos cuando fue a declarar. «Al verle como una persona superior, pensé que si mentía era porque él me lo decía», dijo la joven, que en el momento del juicio tenía 28 años y tuvo que recibir ayuda y apoyo psicológico de especialistas de la fundación RANA (Red de Ayuda a Niños Abusados de Baleares).
Pere Barceló salió de la cárcel de Segovia el pasado mes de agosto, cuando terminó de cumplir la pena de seis años de prisión a la que había sido condenado. El ex sacerdote también fue investigado a raíz de las denuncias de otros dos menores por presuntos abusos cometidos en los años 90, pero ambas fueron sobreseídas por falta de pruebas y por haber prescrito.
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Martina Rodríguez es periodista española nacida en Mallorca, España, en 1965. Comenzó su carrera trabajando como reportera local para el Diario de Mallorca. En 1993, fue contratada por el periódico nacional El País, donde trabajó como corresponsal en la oficina de Madrid. También ha trabajado como periodista independiente para varias publicaciones, incluyendo El Mundo y The Guardian. En los últimos años, ha sido colaboradora habitual de la revista online Gatopardo.
Rodríguez está considerada como una de las principales periodistas españolas. Ha ganado varios premios por su trabajo, entre ellos el Premio de la Asociación de la Prensa de Madrid (2003) y el Premio Nacional de Periodismo (2007). En 2010 recibió el prestigioso Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.
Rodríguez también ha participado activamente en la promoción de la libertad de prensa y la libertad de expresión en España. En la actualidad colabora con el diario de las islas baleares: Gaceta Balear.