Último vuelo Ibiza-Palma del Comandante Losada

Losada aterrizó a las 11.00 horas en el aeropuerto de Son Sant Joan, procedente de Eivissa. Entró en la Terminal B y sus ojos se dirigieron inmediatamente a una enorme pancarta con un mensaje breve pero muy emotivo: «Gracias Comandante Losada». Alegría, algunas lágrimas y mucha emoción invadieron su cuerpo cuando se dio cuenta de que toda la gente le estaba esperando. «La verdad es que sospechaba que me harían algo, pero no algo así», dijo, visiblemente feliz y emocionado.

La afición de Gonzalo Losada por volar comenzó a una edad temprana: «Mi padre era piloto y yo siempre quise serlo también». Aunque lleva más de 40 años a los mandos de un avión, su carrera ha abarcado distintos periodos. Empezó como oficial del Ejército del Aire, luego fue piloto de caza (F-4 Phantom y F18 entre otros), piloto comercial en las desaparecidas Viva Air y Spanair, y hasta este viernes era piloto de Swiftair, operando vuelos interinsulares en Baleares para AirEuropa y UEP!Fly. Durante su estancia en el ejército del aire sufrió dos accidentes graves, el más grave de los cuales fue una colisión con otra aeronave en vuelo.

Ahora que esta gran carrera está llegando a su fin, dice que si tuviera que quedarse con una cosa, sería «la camaradería que existe en este trabajo». Originario de Granada, ahora vive en Eivissa y disfruta de la vista mientras vuela entre las islas, «porque es un avión más pequeño y va a menor velocidad y altitud».

De cara al futuro, le gustaría seguir trabajando, aunque no sabe cuáles son las alternativas. La única certeza que tiene el capitán es que pronto dejará su residencia en Ibiza para trasladarse a Madrid. Aunque tomará otro vuelo, esta vez será diferente. Ya no será piloto.