La instalación del escáner PET-TAC en la Clínica Vila Parc «ha llevado más de dos años de complejos trámites burocráticos, formación, obtención de licencias, contratación de personal e inversión financiera, y ahora por fin es una realidad», según Vila Parc. La Clínica Vila Parc verá cumplido su sueño cuando los primeros pacientes de Pitius (previstos para el próximo mes de agosto) puedan beneficiarse de una prueba que hasta ahora les obligaba a ellos y a sus familias a desplazarse a otros puntos de España, con todo lo que ello conlleva para su salud y estado de ánimo. Este nuevo servicio ya forma parte del convenio de colaboración entre el Grupo Policlínica y el Ib-salut.
El PET-TAC supondrá un antes y un después para los pacientes de cáncer de Ibiza y Formentera. La Dra. Pilar María, especialista en medicina nuclear y responsable del escáner PET-TAC en Ibiza, explica por qué: «Es un paso adelante respecto a la radiología. No sólo vemos la anatomía del cuerpo como en radiología, sino que aquí vemos cómo funcionan los tejidos y los órganos, su comportamiento metabólico. Esto es la medicina nuclear en general. «En cuanto a la PET, partimos de la base de que el tumor, con su crecimiento desorganizado y agresivo, consume mucha glucosa. En mayor o menor medida, todas las células consumen glucosa, pero las células cancerosas, al tener una mayor tasa de crecimiento y replicación, tienen un mayor consumo de glucosa. Esto se ha demostrado en la gran mayoría de los tumores», añade.
«El procedimiento consiste en inyectar al paciente glucosa marcada con un isótopo radiactivo, que emite un tipo específico de radiación. Tras la inyección, tenemos que dejar tiempo para que la glucosa se fije fisiológicamente en las células tumorales, pero también se fijará en otras partes del cuerpo que muestren un mayor consumo de glucosa. De este modo, podemos identificar de forma muy selectiva y precisa, y con una sensibilidad muy alta, las zonas en las que se produce un crecimiento celular anormal», explica Pilar María.
«La PET-TC es capaz de detectar pequeñas lesiones que no pueden detectarse con una simple TC porque son muy pequeñas. Y esto es lo que confiere a este tipo de estudio una gran ventaja para la oncología».. «Sí, es muy importante, porque si diagnosticamos el cáncer en una fase muy temprana de la enfermedad, podremos ofrecer a los pacientes, en la mayoría de los casos, más tratamientos con más posibilidades de supervivencia», continúa.
La PET-TAC ha supuesto un punto de inflexión muy importante en el diagnóstico y seguimiento del cáncer, al poder establecer con mayor precisión la extensión de la enfermedad, con detección más precoz de posibles recidivas, de modo que la elección del tratamiento será siempre la más adecuada.
De este modo, esta máquina no sólo proporciona respuestas en el momento del diagnóstico, sino que también es de gran ayuda para evaluar la respuesta al tratamiento. El médico explica: «Desde el punto de vista radiológico, cuando tratamos un tumor, por ejemplo con quimioterapia o radioterapia, podemos ver que el tumor ha disminuido de tamaño, pero en algunos casos la lesión sigue siendo visible. La siguiente pregunta es: ¿esta lesión sigue teniendo carga tumoral o se trata de tejido residual inactivo? Sin embargo, la PET nos da una respuesta. Puede decirnos si el tumor sigue presente, si hay células activas o no. Es muy importante para evaluar la respuesta al tratamiento y decidir si hay que cambiarlo o no.
El PET-TAC es complementario a otros equipos como el TAC y la RM, entre otros, y cuando al paciente se le diagnostica un cáncer o la sospecha es muy alta, es la mejor herramienta. También es la más eficaz para el seguimiento y los controles evolutivos.
Se utiliza principalmente en oncología, pero también se realizan estudios cerebrales para el estudio de la demencia (por ejemplo, la enfermedad de Alzheimer) y de enfermedades cardiovasculares como la endocarditis o la vasculitis.
El equipo que manejará el escáner PET-TAC está altamente especializado. Este equipo está formado por profesionales que han recibido formación para obtener licencias específicas de medicina nuclear y está compuesto por la Dra. Pilar María (Especialista en Medicina Nuclear), una radiofarmacéutica (Margarita Galmés), ambos supervisores de Medicina Nuclear y técnicos radiólogos y enfermeros formados para ser operadores de medicina nuclear.