Los jóvenes de Ibiza no ven un valor útil y práctico en el uso de la lengua catalana, a diferencia de los adolescentes de regiones como Cataluña. Sin embargo, su valoración de la lengua ibicenca es positiva, opinión que no comparten cuando se les pregunta por el castellano o el valenciano.
Esta es una de las conclusiones de Christopher Little, autor de An analysis of the linguistic attitudes of young people on the island of Ibiza. Little dio una conferencia sobre este tema este jueves en el Institut d’Estudis Eivissencs (IEE). El estadounidense es estudiante en la Universitat de les Illes Balears (UIB) y profesor asociado en la Universidad Estatal de Mississippi.
Para llevar a cabo su investigación, el investigador entrevistó a unos 120 jóvenes en la isla de Ibiza. «Desde un punto de vista académico, siempre me han interesado estas áreas que no reciben tanta atención como otras. Sobre este tema en concreto, en relación con las actitudes lingüísticas de los jóvenes, la mayoría de los trabajos se han centrado exclusivamente en Cataluña, mientras que en Baleares se han hecho muy pocos trabajos y los que se han hecho son de Mallorca», explicó.
Por ello, Litlle vio la oportunidad de analizar las particularidades lingüísticas de los jóvenes de las islas realizando entre ellos una serie de cuestionarios, completados con grabaciones, para recoger y analizar las distintas variantes dialectales. También se pidió a los adolescentes participantes que evaluaran las grabaciones desde un punto de vista profesional o educativo. «Tendemos a hacer juicios sobre las personas basándonos sólo en su forma de hablar», dijo.
Litlle explicó que una «actitud lingüística» consiste en las percepciones que cada persona tiene, tanto positivas como negativas, en relación con los usos de una lengua. Si la mayoría de estos sentimientos son positivos, el usuario no debería tener problemas para utilizarla con regularidad, afirmó.
Sorprendentemente, estas actitudes deberían coincidir con los usos, pero no es así», afirmó. Ahora, habrá que encontrar la manera de fomentar un mayor uso de la lengua catalana entre los jóvenes de Ibiza ‘porque ellos son el futuro’ y ‘hay que animarles a que no cambien de lengua’.
El estudio también concluye que en zonas como Cataluña, los jóvenes siguen conservando el valor social y práctico del catalán, una lengua que se sigue considerando una herramienta útil que les permite desempeñar trabajos o estudios. En el caso de Ibiza, no es así, ya que el contexto social es muy diferente, caracterizado por un gran número de turistas internacionales. La falta de referencias lingüísticas también puede contribuir a esta situación.
En la vida real sienten que no pueden utilizarlo. Si no ven en ello un valor social útil, es preocupante, aunque creo que hay lugar para el optimismo y que esta situación puede invertirse», insistió.
Las instituciones tendrán que desempeñar un papel importante en este cambio, promoviendo políticas «decisivas» que animen a la sociedad a implicarse en esta labor.
Little, que ganó el I Premio Aina Moll con este estudio, también reconoció su sorpresa ante las particularidades de Ibiza y la forma en que los jóvenes de la isla utilizan el catalán.
«Lo que se ha demostrado es que las actitudes son positivas hacia el ibicenco y menos positivas hacia el castellano o el valenciano», concluyó.