La Audiencia Provincial de Baleares ratificó a un hombre condenado por acosar a su expareja con muchas llamadas diarias, enviarle flores a su trabajo o intentar presionarla a través de su familia y amigos en Ibiza.
El hombre fue condenado a un año de prisión por un delito de coacción doméstica, en una sentencia del Juzgado de lo Penal de Ibiza ahora confirmada por la Audiencia Provincial.
La Corte considera que quedó probado que el hombre no aceptó la ruptura con su expareja ni que ella podría rehacer su vida sin él, y que comenzó a hacerle muchas llamadas a diario además de enviarle mensajes de texto. También envió flores a su lugar de trabajo y obtuvo los números de teléfono de un amigo y un primo para que lo ayudaran a comunicarse con ella.
Además, el hombre acudió a la casa del padre de su expareja, cuando ya estaban separados, aunque el padre no lo sabía; Más tarde regresó el día de su cumpleaños, con la disculpa para felicitarlo y decirle que quería hablar con él, pero su padre lo invitó a irse.
La Sala coincide con la Corte en que esta visión viola «mucho más que el derecho legítimo de una persona a buscar salvar una relación» y el hecho de que la mujer ve «limitada su libertad de acción, pendiente siempre de si va a comparecer o no». ex pareja.
El hombre afirmó que dejó de enviar mensajes de texto en el momento en que la mujer le dijo que no quería comunicarse con él, y que solo quería pedir una explicación después de terminar «abruptamente» una relación de diez años.
La Corte no acepta estos argumentos y considera que el conjunto de acciones del imputado tuvo como objetivo cambiar la voluntad de la mujer y obligarla a retomar la relación sentimental.