Las empresas proveedoras de hielo de las Pitiusas confían en evitar este verano los problemas de producción y suministro sufridos en 2022, que incluso les obligaron a aplicar restricciones a la venta de cubitos. Todo dependerá de factores como las altas temperaturas o la sequía que azota algunas zonas de España.
El director de la empresa Hielo Pitiús, Abraham Morella, afirma que, según las previsiones, «este año hará mucho calor y, a nivel nacional, existe el problema de la sequía y las fábricas del sur podrían verse restringidas. Así que estamos entre la espada y la pared».
La sequía
Según explica Morella, la situación de las empresas de hielo sigue siendo similar a la de 2022, cuando el aumento de los precios de la energía complicó mucho sus operaciones. «No es que los costes hayan disminuido mucho, aunque este año se ha añadido el problema de la sequía», reitera el directivo, que recuerda que su empresa recibe hielo producido en empresas del sur de España.
El gerente de esta empresa destaca que en 2022 no sufrieron falta de hielo, aunque la temporada no estuvo exenta de dificultades, especialmente del 15 de julio al 15 de agosto. Hubo empresas que sufrieron esta falta y tuvimos que hacer restricciones, aunque fueran mínimas», lamenta.
Morella estima la producción diaria entre 30.000 y 35.000 kilos de hielo, ligeramente superior a la de años anteriores.
Para evitar sorpresas de última hora, esta empresa empezó a producir hielo el pasado mes de enero, almacenando grandes cantidades para garantizar el suministro. En estos momentos, según el gerente, tienen unos 1.000 palés almacenados.
Restricciones
Nada más empezar agosto, los supermercados de Ibiza se vieron obligados a restringir la venta de hielo a los consumidores. ‘Máximo cinco bolsas o una bolsa por cliente’, se leía en los congeladores de Mercadona. La cadena Eroski también limitó la venta de hielo a cinco bolsas por cliente.
La razón principal de esta inusual situación fue el drástico aumento de los precios de la electricidad, que impidió a las fábricas de hielo producir y almacenar existencias para el verano. Al mismo tiempo, tras varios veranos de pandemias, la demanda de hielo volvía a crecer en locales de ocio como las discotecas. Se dice que la demanda aumentó un 50-60% con la recuperación económica y turística. Las olas de calor, con temperaturas que alcanzaban los 40 grados en las islas, también contribuyeron al aumento de la demanda de este producto.
El pasado agosto, de hecho, Ocio de Ibiza declaró que estaba en alerta «porque parece que no hay mucho hielo en la isla».
La patronal explicó que hace varios años el sector ya se vio afectado por una «crisis del hielo», teniendo incluso que importar hielo del Reino Unido con los elevados costes que ello suponía.