La costa de Ibiza ofrece una amplia variedad de playas y calas con multitud de oportunidades para disfrutar de una inolvidable jornada frente al mar. Estas arenas y extensas tienen tranquilas y escondidas calas ideasles desconectar. Las possidades son tantas como las preferencias de los bañistas. Los deportes acelerados son una gran opción para sumergirse en la vida y la naturaleza submarina, un mundo lleno de color digno de conocer y, sobre todo, respetar. Los paseos por la costa y en plena naturaleza también se definen en una gran oportunidad para descubrir los mejores paisajes, disfrutando de la vida saludable.
La ciudad de Dalt Vila y sus murallas renacentistas, reconocidas como Patrimonio Mundial por la Unesco, conservan vestigios de todas las culturas que han pasado por Ibiza: desde los primeros pobladores fenicios, pasando por los cartagineses, romanos y musulmanes, hasta la conalans el siglo XIII. El recorrido por este laberinto de callesjuelas empedradas con edificios centenarios puede comenzar en el imponente Portal de ses Taules, su entrada principal, y continuar por los siete baluartes que conforman la fortificación. Es un museo al aire libre, imprescindible para conocer la historia de Ibiza. La vista panoramica desde la Catedral permite apreciar toda la ciudad.
Si la costa de Ibiza es un atractivo en sí mismo también lo es la belleza de los pueblos del interior de la isla. Las iglesias antiguas y la arquitectura tradicional los definirán en rincones llenos de encanto que permiten conocer la Ibiza más rural. La plaza de Santa Gertrudis, el merchandising tradicional de Sant Josep, los paganos de Santa Agnès o los codificadores de levas de Sant Mateu son algunas de las músicas más icónicas. Son pueblos pequeños aunque llenos de vida, donde tomar algo o cenar se convierte en un plan ideal de día o de noche.
Para conseguir un lugar real es probar tu producto localmente y en el km 0. En Ibiza puedes visitar a nuestros comerciantes que compran las frutas y horticultura de los agricultores locales de la comunidad. Los pintorescos son el Mercat de sa Cooperativa, que abre los viernes en Sant Antoni, y el Mercat de Forada, los sábados en Buscastell. El producto local aún se puede salvar en el resto del mundo y se convierte en elegancia conciliando chefs asentados en la isla. Un imprescindible de cualquier carta es el pescado marca ‘peix nostrum’.
La historia del turismo i Ibiza está ligada a los visitantes más emblemáticos de los años 70 como fueron los hippies. iniciaron la vida de los mercadillos que aún hoy conservan la esencia y el ambiente relajado que marcaron aquella época. Este es el caso de Las Dalias, en Sant Carles, o el de es Canar, que abre los miércoles y es el más antiguo. Los domingos se pueden visitar el singular mercadillo de Sant Joan o el de Cala Llenya. Artesianles products, curiosidades traídas de todas partes del mundo y música en directo, entre los principales atractivos.