En el tramo de partidos en los que la UD Ibiza tuvo que darlo todo contra rivales supuestamente asequibles (Cartagena, Lugo y Ponferradina) para mantener viva la llama de la salvación, sólo consiguió ganar dos puntos. Con el partido del Racing de Santander del lunes todavía a nueve puntos y con 15 partidos aún por jugar, podrían encontrarse a 12 puntos del descenso. En esta situación, creer en el descenso es algo reservado exclusivamente a los optimistas, porque la realidad, a día de hoy, es que para que el equipo de la isla permanezca en segunda división la próxima temporada, tendrá que abrirse el Mediterráneo para que llegue al otro lado.
A pesar de que el equipo de Lucas Alcaraz se adelantó a los once minutos de juego por mediación de Ekain, la Ponferradina empató en la segunda parte gracias a un gol de Edu Espiau en el minuto 68, un tanto que dio alas a su equipo, que acabó el partido dominando al equipo local. El proceso de mejora del que habla y al que apela el entrenador del Ibiza en cada rueda de prensa como método para llevar a su equipo a la victoria no se reflejó en el terreno de juego. Y si Ibiza no ha sido capaz de vencer a los de la parte baja de la tabla, es difícil creer que vaya a hacerlo contra los de la parte alta o media de la tabla.
En el fútbol todo puede pasar, y aunque la esperanza y la fe son lo último que debería perderse en la ideología de Alcaraz, lo cierto es que ni los principios teológicos que profesa el entrenador del equipo ibicenco auguran un resultado satisfactorio para el club. Salvo milagro. A Ibiza le falta un poco de todo y hay demasiadas cosas que no tienen sentido. Casi no tienen objetivos, no tienen un punto de referencia en ataque al que buscar cuando no hay ninguna opción de elaborar. Tienen demasiados veteranos que han perdido la chispa y la velocidad necesarias para desequilibrarse, ganar ventaja o abrirse espacio para desequilibrarse o desatascarse en un partido cerrado con poco espacio.
El Ibiza dio lo mejor de sí en la primera parte, pero en la segunda tuvo un preocupante bajón de juego y ambición que le costó dos puntos y casi tres. Su juego carece de continuidad, sufre graves altibajos que conducen a una bipolaridad no diagnosticada a la que, por tanto, nadie ha aplicado el antídoto adecuado. Los cambios que se han producido en el equipo no han tenido ningún efecto, porque es demasiado pronto para eso. Por desgracia, tiempo es precisamente lo que no tiene el equipo ibicenco y, tras una planificación errónea al principio de la temporada, agoniza en la parte baja de la tabla clasificatoria como un enfermo en cuidados paliativos, del que cada mejoría es un alivio, pero que, sin embargo, no arroja ninguna luz al final del túnel.
Con esta visión, con el pesimismo al que el equipo ha llevado a la afición y en el que se ha instalado la plantilla, la permanencia se ha convertido en una historia ficticia en la que nadie cree. Porque no se puede pensar de otra manera cuando no le has marcado un gol al penúltimo, como ocurrió en Lugo, o cuando, como hoy, y ante un rival que está en zona de descenso, eres incapaz de defender un gol de ventaja como si tu vida dependiera de ello. Y eso es lo que le está pasando al Ibiza, o lo que parece que le está pasando, que nadie en el club apuesta por que puedan superar los obstáculos que quedan de aquí al final cuando no lo han conseguido contra los peores, que han sido mejores o igual de malos que tú.
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Marc García es un periodista español que lleva más de 30 años trabajando en el campo del periodismo. Ha trabajado como periodista en varios medios de comunicación, como la televisión, la radio y la prensa escrita. También ha trabajado como periodista independiente.
Marc García estudió periodismo en la Universitat Pompeu en Barcelona. Tras sus estudios, comenzó a trabajar como periodista en el diario El Mundo. Después trabajó como reportero en el canal de televisión Antena 3.
En 2006, Marc García comenzó a trabajar como periodista independiente. Ha escrito artículos para varios periódicos y revistas, como El País, El Periódico, y La Vanguardia. También ha escrito artículos para la página web del periódico español El País.
En 2011, Marc García ganó el Premio Nacional de Periodismo por su trabajo como periodista independiente.
Actualmente, Marc García trabaja como periodista en el diario GacetaBalear. También es periodista independiente y escribe artículos para varios periódicos y revistas.