A estas alturas de la temporada, podría decirse, como cada verano, que los vendedores ambulantes están haciendo su particular ‘agosto’ en la playa de Ses Salines. Los trabajadores de los chiringuitos, ubicados en esta zona del Parque Natural, volvieron ayer a denunciar el crecimiento anual de esta práctica ilegal que estas personas realizan a cinco metros de los establecimientos.
“Todos los días aparecen nuevos proveedores. Hoy tenemos cincuenta comerciantes en un recorrido por la playa. Cada vez hay más horarios, desde temprano en la mañana hasta tarde en la noche”, dijo Fernando, uno de los trabajadores del Jockey Club Salinas al tiempo que indicaba el horario exacto en que se vendían cocteles de frutas inapropiados.
«Sin temor»
“Lo hacen libremente y sin miedo. La falta de vigilancia policial en los arenales favorece esta actividad”, dijo la pareja de Fernando en las horas críticas de llegada masiva de turistas a la playa. En este sentido, este empleado indicó que la venta ambulante en ses Salines es muy popular porque es una de las las costas más frecuentadas por visitantes y residentes debido, entre otras razones, a su litoral arenoso rodeado de dunas de más de cuatro kilómetros de longitud y su proximidad a Ibiza.
Asimismo, el directivo ha destacado que estas personas aprovechan la gran cantidad de pinares y matorrales de este Parque Natural para ocultar todos sus bienes cada vez que advierten la presencia de un agente de seguridad.
Aunque estos dos trabajadores negaron los hechos, tres vendedores se reunieron frente a este lugar, y en la playa, ofreciendo todo tipo de frutas y bebidas que transportaban con pequeños carritos. “Entonces, todo el día. Y te prometo que no solo venden comida o ropa. Muchas veces venden drogas como marihuana, hachís o cocaína», dijo Fernando Periódico de Ibiza y Formentera.
Este hombre, quien trabaja desde hace más de 15 años en el Jockey Club Salinas, enfatizó que los dueños han negado muchas veces esta situación, pero enfatizó, con tono de resignación, que es una actividad demasiado arraigada. Ibiza.
Multas de 600 euros
“He visto de todo durante estos años. La Policía Local requisa sus bienes e impone una sanción de 600 euros. No les importa, siempre vuelven».
En ese sentido, manifestó que no existe un marco legal para frenar la venta ambulante no autorizada por la inseguridad jurídica. “Estamos desprotegidos”, explicó sobre las altas temperaturas registradas ayer.
Eran las 12 del mediodía y varios vendedores, muchos de ellos senegaleses, se acercaban a los turistas tumbados en camas balinesas en estos chiringuitos con el objetivo de proporcionar bebidas a los usuarios.
“Es injusto que estos vendedores, que no tienen licencia ni ningún tipo de medidas de seguridad e higiene, obtengan ganancias. Esto nos ha molestado durante mucho tiempo. Si les compran a ellos, no nos compran a nosotros”, dijo Cristofer Ragasa, otro de los trabajadores que también desmintió ayer esta práctica ilegal.
Este hombre, empleado de Café Lavazza, estaba enojado por la situación. “Es cierto que el Ayuntamiento de Sant Josep habilitó un dispositivo de control en la entrada, pero no acabó con esta práctica”, ha dicho. Palabras de José Antonio Eugenio, trabajador del cercano chiringuito Beso Beach Ibiza. “Creo que gracias a la presencia de la policía se ha reducido la venta, pero sigue estando ahí todos los días”, dijo.
dispositivo más grande
Desde el Ayuntamiento de Sant Josep informaron a este medio que hace dos veranos se puso en marcha una operación contra la venta ambulante para erradicar la presencia de estos vendedores ilegales.
“Hemos reforzado este dispositivo con el objetivo de interceptar esta ilegalidad antes de que ocurra con control policial en la rotonda de acceso a la playa de Ses Salines”, confirman.
En ese sentido, indicaron que también se ha intensificado el trabajo para detectar la mercadería almacenada en los distintos zulos. Además, según fuentes municipales, se ha activado una unidad especial de policías de paisano en las playas más concurridas de Sant Josep. “El Ayuntamiento puede implementar las medidas que quiera, esta situación es completamente endémica”, dijo un trabajador.