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‘Massa llengua per tan poc país’. Resumen de las jornadas de debate de la Obra Cultural Balear ‘Quin país tenim, quin país volem’ (Qué país tenemos, qué país queremos).

Primer sábado de primavera. Es un día escandaloso. Mientras toma un cannoli en el bar, Tony observa los primeros signos de esta nueva estación: vestidos cortos, jaleas ligeras y turistas bronceados. Hom, ante esta postal, pensaría que es un día digno de ir a ver los escarabajos en flor o dar un paseo. Pero no. Un grupo de habitantes de la ciudad -e incluso no habitantes de la ciudad- eligieron disfrutar de la tierra aún en flor en lugar de la tierra ya en flor. Es decir, estos habitantes de la «tierra inexistente» eligieron participar en la segunda jornada de debate de la Obra Cultural Balear, titulada «Qué país tenemos, qué país queremos». El acto, celebrado en el Arxiu del Regne de Mallorca, pretendía responder a dos preguntas a través de mesas redondas (que siempre son cuadradas y suelen ser «monodiàleg») constituidas por distintos expertos (o expertas). La primera pregunta era: cuál es la situación de nuestra cultura y sus retos; la segunda: cuáles son los objetivos de las políticas lingüísticas de los últimos 40 años en nuestro país. Estas mesas redondas serán completadas por la persona que dio título a esta revista: Nicolau Dols. El presidente de la sección filológica del Institut d’Estudis Catalans pronunciará una conferencia sobre las necesidades actuales de la lengua.

El primer debate, titulado ‘L’estat de la cultura avui. Balanç i reptes de futur» (El estado de la cultura hoy. Balance y retos de futuro) fue organizado por Cati Moyà. La periodista cultural considera las artes escénicas como un factor importante para comprender la cultura que se produce en su tierra natal. La Escola Superior d’Art Dramàtic de les Illes Balears, afirma Moya, es esencial para mejorar la escena local. En sus palabras, hay que promocionarla. Por otro lado, añade que la oferta cultural es inmensa, pero no llega al público. Pide la creación de una agenda que englobe todo el panorama cultural, ya que sería de gran ayuda para promocionarlo.

A continuació pren la parula Josep M. Nadal. El escritor comienza recordando Antoni Serra. Nadal cuenta que el creador del Detective Mosqueiro siempre empezaba su columna literaria («La semana trágica») quejándose del estado de la literatura en aquel momento. Sin embargo, cada semana siempre encontraba tres libros en catalán para reseñar. Es decir, a pesar de la supuesta pobreza literaria, Sollecito se las arreglaba para encontrar cada semana obras de calidad en nuestra lengua. Con esta anécdota, el Dr. Nadal quiere mostrar al público que los problemas que tenemos hoy son los mismos de siempre. ¿Y cuáles son? La insularidad y los ‘capellets’ que se barren. Somos un archipiélago, no un continente», subraya Nadal. En otras palabras, tenemos que ser conscientes de dónde estamos y a qué atenernos». Ante esta situación, Nadal sostiene que la solidez de la cultura se ve socavada cuando existen verdaderos discursos críticos y no los ya muy estancados.

A continuación interviene Guillem Tomás. El miembro del Col-legi Oficial d’Arquitectes de les Illes Balears destaca la importancia del patrimonio arquitectónico, que suele ser el más descuidado. «Hay que educar en el gusto estético», afirma Tomàs.

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A continuación, relata verbalmente su posesión Pere Estelrich. Centra su discurso en tres elementos que han sido fundamentales para entender el estado de la música en Baleares: la creación del Auditòrium, la profesionalización de la Orquesta Sinfónica de Baleares y la creación del Conservatori Superior de Música de les Illes Balears. Estelrich desarrolla la primera parte de su trípode argumental afirmando que muchos de los músicos actuales -por ejemplo, Mar Grimalt o Aina Tramullas– salieron de nuestros conservatorios. Para concluir su intervención, el periodista confiesa que la mayor injusticia, al menos desde el punto de vista musical, fue el Palau de Congressos, ya que, concretamente, la acústica de la sala de música es terrible. Igual que la de la Seu», dice Estelrich.

Para concluir la ronda de invitados a esta primera mesa redonda, Francesc Riera aportó su visión sobre las bibliotecas en Mallorca. En primer lugar, el historiador destaca la falta de una biblioteca universitaria y de una biblioteca central en Mallorca. Además, aunque la situación ha mejorado mucho en comparación con hace un par de décadas, la red de bibliotecas es «terriblemente deficiente», señala Riera. Para ilustrarlo, describe la situación de la Biblioteca de la Real. Mientras la biblioteca agoniza en la humedad a la espera de un espacio mejor, edificios como el GESA se están cayendo o, peor aún, el caso de La Misericòrdia, que se utiliza como espacio administrativo.

Tras el descanso, comenzó la segunda parte del acto: «Balanç de 40 anys de polítiques lingüístiques: les fites i les mancances». El primer ponente fue Antoni Llabrés. Llabrés resumió el estatus jurídico de la lengua catalana en las Islas Baleares durante los últimos cuarenta años, un estatus que en cada caso condiciona y a menudo configura posibles políticas lingüísticas. Llabrés describió el estatus oficial del catalán como «secundario o devaluado frente al castellano» y atribuyó la causa principal a la actuación de los poderes públicos de un Estado que «concibe la diversidad lingüística como propia y sobre todo a una jurisprudencia constitucional erosionada». Concluyó el profesor de Derecho, Beatriu Defior comenzó su presentación. Lo primero que destacó la Directora de Política Lingüística de estas islas fue que era necesario hablar concretamente de 16 años de aplicación de la política lingüística, ya que muchos gobiernos han provocado discontinuidades. A continuación, Defior dio a conocer los principales logros de la Dirección General de Política Lingüística en esta legislatura: la Oficina de Derechos Lingüísticos y la homologación generalizada del catalán para el personal sanitario.

Tot d’una, Bernat Joan agafa el relleu. El profesor basa su análisis en lo que se ha conseguido y lo que aún falta. Por un lado, el sociolingüista constata que se ha avanzado en la concepción de la unidad de la lengua. En su opinión, pocas personas dudan a la hora de nombrar una lengua. Al mismo tiempo, se ha perdido la diglosia interlingüística. En otras palabras, cada vez es más raro encontrar residentes en estas islas que piensen que el catalán no es útil en todos los ámbitos de uso. Además, es una buena señal que el catalán sea la lengua no oficial más hablada en el mundo de las nuevas tecnologías. Pero, por otro lado, es necesario reforzar la identidad nacional para conseguir la normalización de la lengua catalana. Por ejemplo, hay que dotar a los medios de comunicación de un manual de uso egocéntrico de la lengua.

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Para concluir esta segunda ronda, la elegida fue Maria Antònia Font. La activista centró su discurso en un repaso a los 40 años de lucha por la lengua y la cultura en Mallorca. Recordó la gran labor de las organizaciones y los grandes avances lingüísticos conseguidos en el primer Pacte de Progrés. Tot i la importància de tener un Govern a costat de la cultura del país. Font concluyó su intervención pidiendo un estudio de los últimos ocho años sobre el impacto de las políticas lingüísticas.

Aunque un poco más tarde de lo previsto, las mesas dieron paso a la presidencia. Nicolau Dols comenzó su conferencia titulada ‘Els reptes i les necessitats de la nostra llengua avui’.[Le sfide e le necessità della nostra lingua oggi]. Lo primero que el profesor considera oportuno mencionar es el activismo. Dols apela a una vuelta a la militancia que ha sido barrida de la memoria colectiva en los últimos años. Sin embargo, el ponente señala que el activista lingüístico (es decir, el catalanoparlante) debe ser, y tiene que ser, un héroe. En otras palabras, debe ser fiel a la lengua en cualquier contexto y su uso de la lengua catalana debe ser del más alto nivel. Sin embargo, a pesar de todas estas características, el activista-héroe siempre será maltratado. Siempre habrá alguien que tenga algo que decir.

Además, el profesor Dols explica cómo se estructuró el primer modelo oral formal del catalán. «El doctor Gabriel Bibilóni el médico Josep Grimalt en foren els encarregats», dice Dols. Este modelo se basaba en el primer modelo oral formal de Mallorca: la trona mallorquina. Esta anécdota se explica para introducir el siguiente argumento: aunque nuestra lengua tiene todos los medios para ser, en sus propias palabras, «plenamente funcional», no se puede aplicar todo el código porque hay gente en este territorio que no tiene por qué saber catalán. En otras palabras, tenemos demasiada lengua para un país demasiado pequeño.

Ante esta situación, está claro que no necesitamos un cambio en nuestra legislación, sino una enmienda constitucional. Ahora bien, esta enmienda constitucional no es posible con la fuerza política actual que tenemos.

El esperantista continuó su discurso haciendo hincapié en la tecnología. No debemos perder el impulso inicial que tuvimos», recordó Dols. El trabajo de Softcatalà, Viquipèdia y PuntCat son ejemplos de los esfuerzos de catalanes, y catalanas, en los inicios de Internet.

Para concluir su intervención, Nicolau Dols afirma que lo que necesitamos los catalanoparlantes es que la lengua pueda avanzar por sí misma y que la academia se limite a tomar nota de la evolución de la lengua en lugar de establecer ámbitos funcionales de uso.

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En resumen, se han puesto sobre la mesa varias observaciones y soluciones de futuro. Sin embargo, no sabemos si estas propuestas podrán germinar en la estación que se avecina a finales de mayo, ya que estaremos en el clima constante de los últimos veinte años o en el invierno que vimos no hace tantos años y que muchos parecen haber olvidado. Pero, en cualquier caso, estas iniciativas y reflexiones servirán para poder sembrar cuando haya voluntad de ofrecer una nueva primavera a la lengua y la cultura de Mallorca.

Said Miquel Barceló Vidal, estudioso de la filología, aprenent de fuster i deixeble de foraviler

Sábado, 25 de marzo de 2023. Archivo del Reino de Mallorca, Ciutat (Mallorca)

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Periodista en Gaceta Balear

Marc García es un periodista español que lleva más de 30 años trabajando en el campo del periodismo. Ha trabajado como periodista en varios medios de comunicación, como la televisión, la radio y la prensa escrita. También ha trabajado como periodista independiente.

Marc García estudió periodismo en la Universitat Pompeu en Barcelona. Tras sus estudios, comenzó a trabajar como periodista en el diario El Mundo. Después trabajó como reportero en el canal de televisión Antena 3.

En 2006, Marc García comenzó a trabajar como periodista independiente. Ha escrito artículos para varios periódicos y revistas, como El País, El Periódico, y La Vanguardia. También ha escrito artículos para la página web del periódico español El País.

En 2011, Marc García ganó el Premio Nacional de Periodismo por su trabajo como periodista independiente.

Actualmente, Marc García trabaja como periodista en el diario GacetaBalear. También es periodista independiente y escribe artículos para varios periódicos y revistas.

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